Tu Creadora

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En un trazo de papel, dibujé con perfección al amor de mi vida,

Con un toque de imaginación, su melodiosa voz se hizo oír.

Añadí la pizca de locura que necesitaba para hacerla mía,

Besarla era suficiente para derramar lágrimas anhelando que fuera real.

Me acerqué peligrosamente a la muerte, persiguiéndola sin detenerme cuando la sangre gotea,

Buscando sus caricias y su cálida presencia que nunca llegan.

Buenas noches, pequeña, una voz intrusa persistente me pide que deje ir a mi alma gemela,

“No puedes casarte con ella, los de afuera nunca podrán verla”, susurra en mi oído.

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