Serie de emojis 6: patín de hielo, brillitos y estrellas.
Autora: Mukisowodiko.
Lo último que recuerdo, es que un gran dolor se apoderó de mí. Todo se volvió oscuro y un fuerte golpe ambientó el lugar.
Hace pocos días atrás, luego de soñar con mi madre difunta, me atreví a volver a ser la misma persona soñadora y aguerrida que solía ser antes de su muerte.
La gente me decía que yo triunfaría en cualquier actividad que me atreviera a hacer.
Mi padre y mis mejores amigas me dijeron que si creía en la magia y el poder de las hadas, entonces también podía creer en mis sueños y capacidades.
Ya había intentado de todo, excepto patinar sobre hielo. Siempre soñé con convertirme en una patinadora profesional y eso haría.
Luego de despertar completamente confundida, me di cuenta que casi todo el dolor que sentía había desaparecido.
Me senté en la orilla de la cama para recordar lo último que me sucedió. Intenté recordar por varios minutos, pero nada llegó a mi cabeza. No sabía porqué tenía ese dolor , pero sí sabía cómo había desaparecido.
Para no sonar ni verme ridícula, evité contarle a los demás y preferí escribirle a mi diario, con toda confianza, que estaba flotando sobre un espacio oscuro que, poco a poco, se iluminó con pequeñas estrellas amarillas. Pensé que caería al vacío, pero una mano diminuta agarró mi brazo. Giré mi vista para saber de quién se trataba y me di cuenta que era mi madre convertida en una tierna y linda hada. Ella me sonrió, gustosa de verme de nuevo, luego más hadas vinieron. Todas volaron alrededor de mí, mientras esparcían polvos mágicos sobre todo mi cuerpo y yo sentía cada vez más alivio.
Flotamos como una sola persona. Se sintió tan bien y tan mágico.
El lugar se iluminó con mayor intensidad y en sus alitas se reflejó el brillo de todas esas hermosas estrellas. Mientras me rodeaban, se tomaron de las manos y me sonrieron dulcemente, hasta que casi todo mi dolor desapareció.
Mi madre me dio un besito en la frente, y con un susurro, me dijo que todo estaría bien y que nunca dejara de luchar por mis sueños. Después, todas las hadas desaparecieron, no sin antes darme un abrazo caluroso.
Las estrellas se desvanecieron y entonces desperté.
Durante días estuve confundida por lo que había pasado, pero eso no me impidió intentar patinar sobre hielo otra vez.
Al volver a la pista, recordé que había tenido un accidente. Choqué contra los muros de metal, caí y me pegué en la cabeza, entonces todo se volvió oscuro y un gran dolor se apoderó de mí.
A pesar del temor, decidí intentarlo una vez más, pues mi madre siempre me animó a continuar pese a las dificultades.
Si creía en la magia de las hadas, entonces también podía creer en mí y mis sueños.
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La magia de mi madre
FantasíaLo último que recuerdo, es que un gran dolor se apoderó de mí. ¿Qué pasó después? Evité contarle a los demás y preferí escribirle a mi diario, con toda confianza, que... Historia creada para el décimo séptimo desafío: emojis fantásticos de @WattpadF...