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Seis meses antes...

Deteniéndose en mi escritorio, Shuhua me miraba con recelo.

―Uh-oh, te tiemblan los párpados. ¿Qué ocurre? ¿Alguien te confundió de nuevo con el modelo de la valla publicitaria de concientización sobre la sífilis?

Entrecerré los ojos a mi amiga y compañera de trabajo.

―No. Y no me parezco en nada a él. ―Ya habíamos tenido esta conversación, pero a Shuhua le gustaba pincharme de esa forma que solo haría uno de tus amigos más cercanos.

―Tienes los mismos ojos verde pálido y pómulos altos. Su cabello no es exactamente del mismo tono rubio platino que el tuyo, pero está cerca.

La gente siempre asumía que el color de mi cabello salía directamente de una botella. La verdad es que lo heredé de mi abuela medio sueca.

―Pero él no tiene tu flequillo contundente o la boca de Hwang Min-hyun―continuó Shuhua porque, sí, era un dolor en mi trasero cuando estaba aburrida.

―¿Podemos no hablar sobre el modelo que se parece en nada a mí, por favor?

―Por supuesto.

―Estupendo. Si has venido a hablar con Jisung, aún no ha regresado de su reunión para almorzar, pero no debería tardar mucho.

―Vine a ver cómo estabas. Un pajarito me dijo que vieron a Jaehyun entrar al edificio antes. La última vez que el idiota vino aquí, casi tuviste que llamar a seguridad para sacarlo.

¿Y quién era Jaehyun? El hermano astuto, zalamero y autoritario de mi jefe.

Suspiré.

―Estoy bien, solo molesto. Quería esperar a Jisung en su oficina, dije que no e intentó coquetear conmigo para salirse con la suya. Dije que no, y afirmó que tenía migraña y que solo necesitaba un lugar tranquilo para sentarse. Dije que no, y luego se puso todo pesado y exigió que lo dejara entrar. De nuevo, dije que no. Dimos vueltas y vueltas así durante un tiempo hasta que, finalmente, se marchó, pero no sin antes amenazar con despedirme.

Shuhua negó con la cabeza.

―Es una comadreja. ¿Por qué crees que quería acceder a la oficina de Jisung?

―Dijo que quería esperarlo ahí. ―No me hubiera sorprendido si hubiera tenido la intención de husmear y olfatear algún material sensible que pudiera vender a los competidores de Jisung. Jaehyun parecía albergar un profundo resentimiento por su hermano. Sospeché que eran celos mezquinos ya que, en total contraste con Jisung, lo único en lo que Jaehyun parecía tener éxito era en ser un imbécil absoluto.

Shuhua ladeó la cabeza.

―Aunque es un furúnculo en nuestros traseros, generalmente no hace que ese párpado tuyo se contraiga. Por lo general, se necesita más que eso para desencadenarlo. Vamos, dime qué te molesta. Te sentirás mejor por ello. Y soy entrometida.

―No es nada, de verdad. Acabo de descubrir algo sobre mí que no me gusta.

―Oh, yo lo hago a diario. Entonces, ¿qué descubriste?

Junté mis manos y las apoyé en mi escritorio.

―Puedo ser muy mezquino. Mira, hoy me voy a encontrar con mi novio de la secundaria, un chico con el que estuve brevemente comprometido. Es rico y exitoso ahora. Aunque no quiero volver con él, quiero que me mire y que vea cuánto mejor es mi vida sin él y que se arrepienta de haberme dejado ir.

―Chico, casi todo el mundo quiere que sus ex se sientan así. No te hace mezquino. Te hace humano. Y... retrocede... ¿estabas comprometido con este tipo? ¿Cómo es que nos conocemos desde hace cuatro años y nunca he oído hablar de esto? ―Apoyó los codos en el escritorio―. Está bien, explícame cómo fue todo.

S' fd   -   RensungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora