Capitulo 1. Nuevo comienzo.

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— Hija, ¿Cómo has estado? - Mi tía, Andrea, me recibió con los brazos abiertos en cuanto me vio.

— Excelente ahora que estoy aquí, ¿tú qué tal?

— Muy feliz de tenerte, vente, vamos a casa, todos te esperan con ansias.

Mi tía jamás intentó tener hijos, se dedicó tanto a su trabajo que jamás le dio prioridad a esa parte de su vida, pero ahora que yo estudiaría acá en Monterrey, ella se ofreció a recibirme en su casa y cuidarme.

— ¿Todos? - Pregunté mientras caminábamos hacia el auto.

— Perdón que no te lo dijera, invité a unos vecinos para que te conocieran, donde vivo las personas son muy unidas, ellos son como mi familia acá.

Era lo que menos esperaba, mi plan era llegar y dormir todo el día, ya que ayer estuve empacando como loca, me encanta dejar todo a último momento. Pero bueno, ahora tendré que dar buena impresión a todas esas familias millonarias.

— Dios que nervios, no me sé comportar en sociedad. - Ella rió.

— No te preocupes, verás que te amarán.

Yendo camino a la casa me quedé boquiabierta, definitivamente las casas acá eran otro nivel al que estaba acostumbrada, ahora entiendo el porqué mi tía prefirió vivir aquí, en San Pedro Garza García.

Llegamos y todos ya estaban en la casa esperando, ahí conocí a la familia Treviño y Salinas, dos matrimonios ya grandes pero muy divertidos, jamás pensé que serían así, me imaginaba que serían súper mamones.

— ¿Y a qué te dedicas Isabella?

Iba a contestar, pero me distraje cuando mi tía abrió la puerta y apareció otro matrimonio, pues cuánta gente invitó.

— Siento que llegáramos tarde, José llegó a la casa a visitarnos de sorpresa y como decirle que no. - Mencionó el señor que acababa de llegar.

Estos se acercaron y me saludaron, ellos eran la familia Madero.

— Y por qué no vino José. - Dijo mi tía.

— Ya sabes cómo es de orgulloso, le dijimos pero él dice que no lo invitaron. - Respondió el señor Madero.

— Ay por dios, si sabe que es bienvenido a mi casa cuando quiera. Déjame llamarle.

Mi tía fue a la cocina a hacer la llamada, yo simplemente me quedé en la sala mirando mi celular, no entendía que estaba pasando ni quien carajos era José.

Después de un rato de estar platicando recibí una llamada, era de mi madre.

— Disculpen tengo que responder una llamada. - Me levanté y fui a la que ahora sería mi habitación.

— Hola mami.

— Mi niña, ¿qué tal va todo?.

— Excelente, perdón que no te llamara antes, la tía Andrea organizó una reunión con sus vecinos para presentarme.

— Entonces ya te presento en sociedad. - rió.

— Al parecer.

Estuve al rededor de unos 10 minutos hablando con mi mamá, pero corté con ella porque escuché que alguien llegó, y digamos que soy una persona chismosa y educada al mismo tiempo, tenía que bajar a ver quién era y saludar.

— Isa, te presento al artista del lugar, José, el hijo del señor Madero.

Melodía de tu ausencia | José Madero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora