Empezamos fuerte porque este one shot aunque al principio no fue pensado para ser esta clasificación terminó siéndolo, procedan con precaución y disfruten.
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El cumpleaños de mi querido Spencer estaba cerca, quería prepararle una sorpresa tan grande que expresara todo el amor que sentía por él. Ya tenía algunas ideas y el equipo de la UAC se había interesado en mí plan. Al principio fingiríamos olvidar su cumpleaños para al final sorprenderlo con una fiesta de oficina. No estaba tan contenta con la idea de olvidar su cumpleaños, pero creo que al ver la dedicación que todos estábamos poniendo en esto él sería capaz de perdonarnos.
-Oye muñeca del niño bonito, tengo una idea graciosa para su regalo.-Morgan se acercó a mi escritorio, se recargó en él. -¿Ah si?¿Qué es?- Deje un segundo lo que estaba haciendo y lo mire interesada. -¿Qué te parece si le regalas una cajita con zapatitos de bebe? Sería realmente gracioso. -Morgan empezó a reír fuertemente, mire a donde Reid se encontraba, nos veía con una ceja levantada. -¡No Morgan!-Me había sonrojado. -¡Pero sería muy divertido! Me encantaría ver su reacción. -... La verdad me daría miedo que su reacción fuera negativa aunque fuera una simple broma... no sé, no me parece buena idea. -No será así, te lo prometo.-Morgan se levantó y se fue, cuando quise mirar a Spencer de nuevo ya no estaba en su escritorio.
Mañana por fin llegaría la esperada fecha, Morgan venía de vez en cuando con ideas para la fiesta, algunas eran muy buenas y creativas otras simplemente me hacían apenar, cómo regalarle lencería. Morgan disfrutaba apenarnos.
El día finalmente estaba terminando, recogí mis cosas para esperar a Spencer e ir a casa.
-Hola amor.-Le di un beso en la mejilla. -Hola...-Contestó un poco frío, era raro ya que él siempre me devolvía el beso. -¿Todo bien? -Solo quiero ir a casa.- Si tuviera que apostar diría que estaba molesto, no sé la razón, preferí no insistir, al menos no en público.
Al llegar a casa cenamos en silencio, no quiso darse un baño conmigo, espero a que hubiera salido yo. Me estaba comenzando a preocupar, ese comportamiento no era habitual por más molesto que estuviera, quizás estaba sospechado sobre la fiesta.
Spencer salió de bañarse y lo interrogue.
-¿Qué sucede Spenc? ¿Estás molesto conmigo?- El suspiro y se sentó en la cama a un lado de mi. -No debería estar molesto contigo, lo sé... pero cada vez que te veo hablando con Morgan siento que algo quema dentro de mí, me lastima y me pone molesto. -¿Estás celoso? ¿Era eso? -Sé que no es tu culpa, pero ha sido tan raro, esa repentina cercanía... me tienes loco, cada vez que los veo reírse desearía ser yo...-Escondió su cabeza en mi cuello y yo acaricie su cabello. -Spenc mi dulce hombre, te amo como no amaría a nadie más jamás. -Se que es enfermizo pero quiero que solo seas mía y de nadie más, quiero ser el único que puede tocarte, que nadie más pueda verte como te veo, tu cuello huele tan delicioso.-Comenzó a besar mi cuello y luego a dar suaves mordidas. -De haber sabido que eras así de posesivo te hubiera dado celos desde antes. -No sabes lo mucho que quema, el enojo que sentía de verlos juntos... ¿Debería de sacarlo contigo?- Lamió mi cuello, llegó a mis labios y me besó apasionadamente. -Si a todo porfavor. Me subí a su regazo mientras me besaba y ambos empezamos a frotarnos. Spencer en la intimidad siempre era tierno y apasionado muy romántico. Pero esta vez era desesperado y rudo, me gustaba esta nueva faceta.
-No deberías hacerme sentir así, te dejaré una marca que todos puedan ver.-Dejaba chupetones en mis senos, dejo una en mi cuello también
Mientras frotábamos nuestras intimidades y me besaba apasionadamente empezó a darme nalgadas suaves, terminando con una fuerte que me hizo ahogar un gemido.
-No los evites nena, quiero que todos sepan lo que provoco en ti. -Spencer por favor... te necesito ya. -Lo se, no te he tocado pero te siento tan mojada sobre mi.
Quitamos nuestras ropas con desesperación, Spencer seguía besándome, masajeaba mis pechos y con una mano había empezado a tocarme, a jugar con mi intimidad.
-Spencer ya por favor, quiero sentirte.
Me recostó en la cama, estaba sobre mi recargado, abracé mis piernas a sus caderas. Lo hacía tan rudo, tan salvaje que sentía que podía correrme al menos tres veces. Me costaba no gemir, y verlo a la cara era aún más excitante, me gustaba este lado suyo.
-No sabía que te gustara tan rudo, estas apretando mucho.
Iba a terminar, lo sentía cerca ya. Entonces empezó a hacerlo más suave.
-¿Quieres terminar? -Por favor Spencer, déjame terminar.-Me sostuvo de la cara. -Di que eres mía.-Suspiré, lo estaba amando. -Soy tuya Dr. Spencer.
Volvió a aumentar el ritmo, y no pasó mucho tiempo más para que ruidosamente ambos llegáramos al clímax y cayéramos rendidos, él me abrazó.
-¿Te lastimé? Creo que fui muy rudo... no quería hacerte daño-Spencer me miraba ahora con culpa, tocaba las marcas en mi cuello. -¡Me encanto! Lo disfruté mucho. -Es un alivio... a mi también me gusto demasiado aunque, ya no estaba molesto desde antes y quiero decirte que aunque diga que eres mía realmente te respeto como mujer y no como un objeto... no sé por qué lo dije solo estaba demasiado extasiado y no lo pensé...-Me volteé para besarlo antes de que siguiera hablando. -Se que no soy un objeto y aún así decido amarte y serte fiel, nunca debes sentirte celoso, aunque por favor más como lo de hace un rato.
Ambos dormimos sumamente complacidos.
Al día siguiente me dolían las piernas, y tuve que usar cuello de tortuga que todos vieron con sospecha pues el clima era aún cálido y usar ese tipo de prendas es sofocante.
Mi corazón se sintió un poquito más completo al ver la emoción en sus ojos cuando vio la pequeña fiesta que habíamos organizado en su honor, era la emoción de un niño pequeño.
Cuando le entregué mi regalo, que no era nada extraño como había sugerido Morgan le susurré unas palabras.
-Es por este regalo que me hice cercana a Morgan... y él sugirió regalarte algo que te hiciera pensar que serías padre y más cosas vergonzosas.-Nos vimos a los ojos, sentí miedo por lo que acaba de decir, me iba a alejar cuando me sostuvo y dijo. -Que bueno que no lo hiciste... porque me hubiera emocionado mucho, si quiero ser padre.-Me abrazo fuerte.
