01. primer encuentro

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En carro propio el viaje a Los llanos desde Anzoátegui puede que se acorte un poquito más que cuando vas en una encava con salsa baúl o vallenato acompañado de olores indeseables, quejas de las señoras, maletas en los pasillos y claro, guardias pidiendo cédula y revisando equipaje en cada alcabala que se te atraviese por el camino.

Pero imagínate que sean cuatro pelagatos en la madrugada con música de fondo, cantando alto y revisando no estar al lado del silbón porque se cagan.

Es menos chevere, ¿Verdad?

—Pero dame un besito, mi amor. No seas mala que yo soy el triple de malo —Sungho recostó su hombro de el de Miranda quien peló los ojos en una mueca de confusión.

—¿Fumaste perejil o que vaina, Park?

—Es que tu sabes que yo tengo ganas de unos besos tuyos todos los días

—Bajamelo del carro

Sonreí divertida echando para atrás mi cabello y abrazándome a mi misma, teníamos el aire del carro encendido y ya el frío de afuera estaba sádico, íbamos vía a Guárico para pasar un mes y pico en la finca de mi abuelo, para darle una vuelta y verificar que todo estuviera chevere.

Así siendo sinceras.

—Mira tú —Intak me apretó un cachete, me giré a verlo frunciendo los labios y dándole un lepe —No es que llegando allá tú te vas a lanzar a cualquier matorral a buscar espíritus, verga loca.

—No me quieras tanto —Rodé los ojos.

—Aja, amores —Yuna se apoyó de ambos asientos delanteros y se metió entre nosotros —¿Cuánto falta? Ya no aguanto al gato este.

—Bueno mi amor, usted debió de pensar antes de decirme en cuarto año que era tu esposo —Sungho dió un aplauso y la jaló para que cayera sentada.

—Tu tienes que ser marico, naguevona —Intak soltó una risa burlona.

—Pero bueno, David —Ahora fue Sungho quien se inclinó entre los asientos —Yo soy heterosexual hasta que se demuestre lo contrario.

—Hasta que aparece mi primo —Sonreí divertida.

—Coño reina, si me pones a Jaehyun en frente hasta yo me aguevoneo —Yuna habló.

—Ese hombre sonríe y yo le pico torta —Suspiró en broma Intak.

—Yo pensé que era a mi quien le picabas torta era a mi — Fingí indignación poniendo una mano en mi pecho.

—Mi amor, tu sabes que por ti hasta como madera carbonizada —Me guiñó un ojo, le saqué la lengua enderezando mi postura.

—Coño ya. Pilas con la carretera que yo no me quiero morir —Miranda bostezó luego de hablar.

—Eso mosmi, si quieren en la finca hasta le propones hacerle un hijo, pero aquí no —Enmanuel le dió un lepe en el brazo al conductor quien bufó como un toro.

Dios.

Solo media hora más y llegamos.

.

.

.


¿Quién es ese hombre, que me mira y me desnuda? Una fiera inquieta que me da mil vueltas y me hace temblar pero me hace sentir mujerrr —Cantó Yuna.

Las dos estábamos sentadas bajo una mata de guayaba comiendo pan y café con leche, los muchachos se andaban matando para llenar la piscina porque la bomba no prendía y obvio, el abuelo de Sungho se andaba burlando de ellos.

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⏰ Última actualización: Mar 30 ⏰

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