Escuchando la conversación de al lado no puedo evitar pensar en lo superficial de todo, la sociedad, las personas, las amistades, las conversaciones vanales de las personas, de su vida.
De lo que hicieron, lo que no hicieron, de lo que se arrepienten de haber hecho y de lo que no.
De lo fácil que es arrepentirse y quejarse de todo y de todos.
En lo difícil que es lograr estar en sintonia con los otros, encontrarla con alguien, mantenerla, conectarla.
El porque se me hace tan difícil encontrarlo, siquiera buscarlo,
el como inconscientemente me quejo de las quejas de otros,
de los sueños no cumplidos, y que yo tampoco he hecho,
de los arrepentimientos y dios que tengo tantos,
de los quizás y de los hubiera,
tantos que no cabrían ni en el pliego más grande de papel,
que incluso todo exagero de lo poco que he vivido y que de incluso eso me arrepiento,
no haber dado los pasos,
subir los escalones,
hacer estupideces y gritar con el pulmon en mano todo lo que quería,
lo que quise porque dios sí lo quise,
lo que deseaba pero que tan acobardado estaba,
de nada y de todo que ni sentido tenía,
que incluso al instante me arrepentía,
pero creía que ya era demasiado tarde para eso,
que ya había pasado y no tenía sentido,
ni arrepentirme ni intentar arreglarlo,
porque nada tenía sentido ni yo mismo.Tan poco sentido tenía que empezó a faltar en todo, en mi vida, mis decisiones, en los arrepentimientos, en las quejas, en lo deseado y en lo botado, en lo poco, en lo mucho.
Y en todo este sin sentido de vida
Me vi intentando encontrarle el sentido a ella
Que aparece y se va
Que te abandona y no te avisa por donde ir
Que te observa y se ríe del chiste que gritas al querer vivir
Buscando y buscando el sentido, el camino
Ese que si lo buscas no lo encontrarás
Solo tendrias que dejarlo vivir
Pero que sentido tiene si no hay un sentido
Un camino
Un propósito
Ninguno
Y resulta que todo es un sin sentido.26/03/24