Un mundo donde Harry Potter había desaparecido después de que Voldemort asesinara a sus padres.
Todo el mundo mágico lo busco por años pero nunca dieron con él. Cuando habían ido al hogar de los Potter, no había nadie allí más que los cuerpos de su...
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—¿Ya estas listo, hijo? —Gritó su madre desde el primer piso.
—¡En un momento! —Gritó de vuelta mientras veía a la persona que estaba arrodillada frente a él.
Harry estaba de rodillas en el suelo, terminando de atar los zapatos perfectamente lustrados de Draco bajo su mirada expectante quien aprovechaba para ver lo cambiado que podía estar el sirviente después de un año sin verse gracias a que había estado en Hogwarts; Harry había crecido en estatura pero seguía siendo más bajo que él, mientras crecía dos centímetros, Draco crecía cuatro, sin embargo ahora su rostro se había perfilado un poco más y dejando atrás el mentón redondo propio de un niño. Draco aprovecho la posición para acercar su mano a la barbilla de Harry y hacer que levantara el rostro para verlo mejor, tal como si viera una joya de su pertenencia y no a un acompañante.
—No has cambiado casi nada. —Comentó mientras encorvaba la espalda y quedando más cerca de su cara, notó una rajadura en el cristal derecho de los anteojos y no tardo en fruncir el ceño. —Dile al mayordomo que te compre otros lentes.
—No es necesario. —Respondió Harry al momento que se levantaba del suelo y huyendo del agarre del rubio quien notó la ahora "rebeldía" del pelinegro.
Draco había llegado el día anterior a la mansión y no tardo en notar que quizás la adolescencia no sólo estaba teniendo presencia en él, Harry se comportaba un poco más insolente en lo que respectaba obedecerlo, huyendo de los agarres que le proporcionaba y dando algunas palabras tan corteses como tajantes, claramente quería marcar un límite con el más joven de los Malfoy y eso claramente lo molestaba.
Malfoy bufo y se levantó de la cama, se colocó el saco de su traje y camino hacia la puerta, Harry iba detrás de él y así siguió hasta que Draco siguió al primer piso de la mansión para acompañar a sus padres que lo esperaban con ropa igual de elegante.
—¿Harry irá? —Preguntó su madre con una leve sonrisa al notar que el pelinegro estaba cerca.
—Oh, no. —Respondió rápidamente Harry.
—Sí, sí irá ¿Compraste otro boleto, no? —Preguntó Draco mientras ignoraba libremente la respuesta de su acompañante, su madre asintió conforme.
—Claro, si ya los conozco y no se despegan. —Rió un poco al momento que entrelazaba su brazo con Lucius quien también tenía una sonrisa burlona, claramente esos dos eran padre e hijo.
Harry entrecerro los ojos consternado. —Pero, pero yo...
—Vámonos. —Dijo Draco y tomó la muñeca de Harry para tirar de él e irse de la mansión.
Los padres de Draco iban más adelante de ellos, se veía que conversaban entre risas amorosas que eran incómodas para Draco de ver. Habían decidido ir caminando ya qué de vez en cuando a sus padres les gustaba estirar las piernas, además de que a donde se dirigía no estaba lejos.
