Las reliquias

7 1 0
                                    

Seres valientes con la fuerza de mil hombres.
Hombre o mujer que su belleza no te cautive, ojo ahí.
Escucharas en el día y la noche una voz que te llamará y matara.
Son los habitantes del mar, habitantes del mal.
Cuentan las lenguas que sus ojos valorados en oro están, sus pieles como vendaje heridas mortales sanarán. Pero solo el mar sabe que las escamas de tritón vida eterna concederán.
Pero solo el mar sabe que las aletas de sirenas veneno mortal te entregarán.
Solo valientes con fuerza de mil hombres escuchando día y noche las voces de los habitantes del mar, solo ellos pueden obtener las reliquias de los habitantes del mal.
Sus ojos guardan riquezas, pieles llenos de magia, escamas de vitalidad y aletas que tú vida arrebataran esas son las reliquias llenaa de maldad que poseen los habitantes del mar.

Aquellos cantos el los comprendía lograba entender su lengua, al parecer sabían de su existencia así como sus maldiciones pero ellos lo llamaban reliquias.
Decepcionado de las incoherencias que soltaban los humanos decidió que no tenía nada más que hacer ya en la superficie pero fue imprudente ya que un muchacho de estrellas logró verlo, solo hasta que este dejo caer accidentalmente su colgante siendo el sonido del impacto en el agua que su presencia fue descubierta.
Alzo su mirada y recorrió el rostro del muchacho. La noche cubria todo y la luz de la luna junto al que desprendía el barco hacia resaltar aquellas piedras pridras preciosas valorizadas en oro, o mejor dicho baladas en oro.

Sin aliento alguno el humano sometido ante la belleza del tritón dejo que este lo cautivase haciendo mínimo su alrededor reduciendo sus sentidos a la vista y la audición, todo parecia agudizarse por un momento.

Ojos y cabellos de oro, magnífica noche de luna llena que resaltaba en montón la belleza que tenían debajo perteneciente al mar. - Escuchad. - menciono aquel híbrido. - Escuchad humano, olvida lo vivido y regresa con los tuyos que el mar perdona, pero yo su hijo no. - no demoro más de dos segundos para desaparecer entre la marea y sumergirse en lo profundo del mar, aquel canto que realizó fue traicionero pues no era solo para el humano bañado en estrellas y jades, no, el no era tonto y se conocia mejor que nadie. Era un advertencia para el y su curiosidad. Pero el corazón es joven y caprichoso siendo razón suficiente para que inconscientemente guardara en sus manos aquel collar que el jade perdió en alta mar.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 27 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Las reliquias del mar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora