"Querido Dios"

Prólogo

Agotado, al borde de la muerte, Adam apenas podía mantenerse consciente. Su mirada se posaba en Lute, su leal compañera que había estado a su lado hasta el final. Aunque le faltaban las fuerzas para hablar, quería ofrecerle una última sonrisa, una pequeña consolación antes de partir de este mundo una vez más. Quería decirle, a través de esa sonrisa, que ella estaría bien sin él, que siempre había estado mejor sin él.

Oscuridad

En medio del silencio opresivo que precedía a lo que creía su final definitivo, Adam se preguntaba si así se sentiría morir de nuevo. No recordaba la sensación, pero era escalofriante. No había nada más que sus pensamientos y sentimientos. Tenía miedo, pero ansiaba un descanso eterno, aunque fuera algo que tal vez no merecía. Rogaba internamente para que su creador tuviera piedad de su alma y le diera ese descanso eterno.

No sabía cuánto tiempo había estado sumido en sus pensamientos hasta que escuchó una voz, alguien que intentaba sacarlo de su letargo.

"Hey, ¿estás bien?" La voz era molesta, irritante. Ni siquiera en la muerte podía encontrar paz de aquel pecador repugnante.

"Estoy entrando en pánico. Por favor, despierta." El individuo habló de nuevo, sacándolo de su trance. Adam estaba fastidiado, todo le abrumaba tanto que le costaba abrir los ojos, pero lo hizo.

Frente a él, vio el rostro de Lucifer. Estaba seguro de que le habría soltado un puñetazo o alguna maldición, pero se sorprendió al ver a Lucifer en su forma pasada, cuando era un ángel. Sus ojos azules, sus alas blancas y su túnica blanca como la nieve. ¿Qué demonios estaba pasando?

"¡Gracias a Dios estás bien! Creí que te había lastimado. No debimos saltar de ese árbol." Los ojos de Lucifer mostraban preocupación. Podía apostar que incluso estuvo a punto de llorar.

Adam seguía en silencio, incapaz de comprender lo que estaba sucediendo. Su mente daba vueltas, sintiéndose cada vez más asfixiado. ¿Por qué veía a Lucifer en su forma pasada? ¿Por qué estaba viendo a la persona que más daño le había hecho en toda su existencia?

"Dime algo, lo que sea, pero no me mires así. Me preocupas", rogó Lucifer.

"Apártate", fue apenas un susurro ronco, pero suficiente para que Lucifer se diera cuenta de que su rostro estaba demasiado cerca. Lucifer retrocedió, sentándose en el pasto. Fue entonces cuando una realidad golpeó a Adam como un balde de agua fría.

Se dio cuenta del paisaje, el cielo azul vasto, el sol brillante, las nubes diferentes y el viento más fuerte. Los sonidos de los animales y el pasto suave en el que estaba acostado. Solo podía existir un lugar tan perfecto. Ese era el famoso Edén.

(La imágen no me pertenece. Créditos a su debido autor)