Quería matarlo.
Quería arrancarle la cara a Lucifer de un mordisco.
Arrancarle la piel poco a poco con sus uñas, cortarle los cocos y hacer que se los comiera enfrente de todos.¿Cómo se atreve, él, el maldito que acepto las condiciones, el hijo de puta que lo provocó todo, a pelear conmigo?
¡No se suponía que iba a aparecer!
Jamás lo hacía, y solo para defender a los idiotas de aquí...
¡Soy ADAM, el mejor y primer humano! ¡La pija celestial!
¡Ellos deberían de arrodillarse ante el padre de la humanidad y pedir perdón por sus pecados como las ratas que son a mis pies!
¡Gracias a mí existían!
No gasté toda mi vida en la tierra haciéndola un lugar menos peligroso para que me hicieran esto.
No importaba que estuviera perdiendo, estaba preparado mentalmente para seguir peleando. No dejaría que Lucifer me humillara por tercera vez en la historia.
No podía soportar que lo habían perdonado por el simple hecho de actuar mejor que él, eso no lo iba a perdonar jamás.
Mucho menos iba a perdonar que habían herido y asesinado a sus chicas.
Pero actuar impulsivo está vez no lo ayudó, no pudo hacer nada.
Fue tan repentino que no pudo hacer nada.
Sentía dolor.
Incontable ardor que a penas podría describir. Como si fuera una quemadura prendida en su pecho que se esparcía por su cuerpo, consumiendo todo a su paso sin perder el tiempo.
Eso era lo único que sentía de un momento a otro, su abdomen ardía, lo quemaba por dentro con gran intensidad.
No importaba que fuera humillante, no pudo evitarlo. Con el dolor cayó al suelo de inmediato, sus piernas habían cedido bajo su propio peso como si el mundo se le viniera encima.
Como si no tuviera más fuerza con la cual pelear.
O vivir.
No podía moverse, por unos momentos no estaba consciente de qué había pasado.
No podía ver.
Estaba boca abajo, no podía respirar algo había en su espalda, algo que había provocado todo.¿Quién?
¿Era alguien?
Pero dieron vuelta su cuerpo, ahora lo único que podía mirar fue a la persona enfrente de él, el fondo borroso.
Alguien quién con mucha suerte logró distinguir.Su mejor amiga, pareja en lucha, la más leal, pero que no tapaba a las demás con su sombra.
Alguien tan importante como el sol de la mañana.
De mí mañana. Quería pasar el tiempo con ellas una vez más.
No quería morir.
Quería verlas sonreír una última vez.
Lute lo miró a los ojos con lágrimas empapando su cara, eso no se veía bien en ella. Las lágrimas jamás habían lucido bien en ellas.
¿Porqué se estaba preocupando por él? Podía ver que ella estaba claramente herida también, pero a pesar de eso, siguió gritándole palabras que no entendía, no podía escucharlas bien.
A ella le sonrió cálidamente, un sentimiento mostrado en su cara que poco lo demostraba en público. Pero no importaba, era para que lo dejara ir, ya no podría hacer nada para salvarme.
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Caída libre.
FanfictionAdam jamás murió, sin importar que te digan los demás. Nadie revisó que no tuviera pulso.