Enamorado Tuyo ── Zucky

3. ¿Sentimientos?

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—¿Por eso has estado tan raro alrededor de Zuma? —Preguntó la cockapoo, quien se encontraba terminando de decorar su pequeño pastel—. Me suena de algo.

—¿A qué? —Cuestionó Rocky, completamente rendido en la mesa—. Porfavor, necesito saber a qué, mi cabeza es completamente un lío últimamente.

—Mhhm, pues a mí me suena a que tienes sentimientos por él.

El mestizo apartó las manos de su cabeza y miró a la chica, confundido.

—¿Hablas de...? —Cuando la idea cayó en su cabeza, se levantó del asiento y comenzó a negar como un desquiciado—. ¡No! No, no, nono, no no y no, para nada. ¡No tengo ese tipo de sentimientos por–!

—¿Quién tiene sentimientos por quien? —Esta vez fue Marshall, quien venía entrando a la cocina con un plato de fresas.

—¡Nada! —Gritó Rocky antes de que Skye hablara—. Nada, Marsh, nadie tiene sentimientos por nadie, ¡Nadie tiene sentimientos por su mejor amigo! —a mitad de frase tomó uno de los cojines de su asiento, ahogando aquel grito en el mismo.

Marshall miró a Skye con una ceja alzada, sin moverse.
—¿Le pasa algo o...?

—El amor, ya sabes —alzó y bajó su mano como diciendo que no se preocupara, y siguió con lo suyo.

Había pasado un mes desde aquel encuentro tan.. peculiar que habían tenido Rocky y Zuma en el acuario. Desde entonces, el mestizo había estado evitado completamente al labradores. Y desde entonces, también, no había podido conciliar el sueño ni una sola noche; cosa que aparentemente ya comenzaba a pagarle factura debido a lo histérico que estaba.

—Hey, Rocky, no es tan malo. Tal vez deberías, no sé —Levantó los hombros, mientras guardaba el pastel que recién había terminado—, ¿Hablarlo con él?

El mestizo apartó el cojín de su rostro, tirándolo por ahí; y ahora se encontraba sentado de cabeza en el sofá. Skye ya estaba acostumbrada a la rara manera de pensar las cosas que tenía.

—¿Estás loca? No voy a– —Se detuvo a sí mismo—. Ejem, si tuviera —recalcó— hipotéticamente, sentimientos por Zuma, cosa que NO tengo, no se lo diría de igual forma. ¿Qué pasa si me termina odiando?

—Nunca lo sabrás si no lo intentas, tonto —Respondió—. Pero si tan seguro estás de que no son ese tipo de sentimientos, entonces, ¿Por qué no lo pones a prueba?

El otro se reincorporó, curioso ante el consejo de la chica.
—Bueno.. puede servir —musitó—. ¡Es eso! ¿Qué tipo de científico soy si no pongo a prueba mi hipótesis? Gracias Skye, eres una genio —la sacudió levemente por los hombros y salió disparado de ahí.

No sin antes chocarse con la mesa un par de veces, pero salió.

  
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—¡Rocky! —Gritó el labrador chocolate, quien se acercaba a su amigo rápidamente—. Hey, hombre, necesitamos hablar.

Casi como por arte de magia, la confianza que había tomado al hablar con la cockapoo se desvaneció de su ser, dejándolo nuevamente petrificado y sin saber qué responder.

—Ah, si.. ¿Sobre qué? —Preguntó sin mucho ánimo.

—¡Sobre eso! Agh, estás más seco que de costumbre —Zuma tomó su brazo como un gesto desesperado—, hace semanas que me tratas como si fuera el mismísimo Chase. ¿Qué ocurre?