02. parte 1

189 18 12
                                    


Me siento aturdido, desorientado.

Tengo la boca seca, y me cuesta tragar saliva. Los ojos me arden, el cuerpo me pesa y me cuesta casi respirar.

Mantengo los ojos cerrados con fuerza tratando de averiguar qué me está pasando porque lo último que recuerdo es a Diana besando mi mejilla... En el hospital, todo lo demás es confuso, borroso y negro. La cabeza me da vueltas.

—Michael... —Su voz se oye tan cerca, dulce y penetra mi mente haciendo que todo se vuelva tranquilo— ¿Puedes oírme?

Es Diana. Siento su perfume, y el calor que desprende su cuerpo pero soy incapaz de abrir los ojos.

—Puedes respirar —Y como si mi cuerpo obedeciera la presión en mi pecho desaparece— abre los ojos.

Inmediatamente le hago caso, encontrándome con Diana demasiado cerca. Está mirándome fijamente con una sonrisa.
Todos los malestares desaparecen, es como si ella lo hubiera desactivado con su voz.
Ahora soy conciente de todo lo que pasa a mi alrededor, los ruidos, las luces, el aroma particular del hospital.

Estoy acostado en una habitación de color beige, con cortinas blancas, con máquinas a mi alrededor. ¿Qué me pasó?
Me cubro cuando me doy cuenta que solo estoy vistiendo unos pantaloncillos cortos.

Tranquilo, no sientas vergüenza ahora—Usa un tono diferente que hace que la pena desaparezca— ¿Cómo te sientes?

—Confundido —Admito— ¿Qué hago aquí?

—Te desmayaste cuando te saludé, así que pedí que te trajeran aquí para revisarte. Estuviste inconsciente por dos horas —¡¿Dos horas?!— No te preocupes, estás sano.

No me siento preocupado, y el dolor de cabeza que he sentido desde que tuve el accidente con Pepsi desapareció. Todo desapareció. ¿Qué está pasando?

—¿Y Lisa? —Me mira diferente, y después vuelve la vista a la planilla que tiene en las manos— La mujer que estaba conmigo... Mi novia. Debe estar preocupada.

—Se fue cuando le dije que estabas bien... Hace como una hora y media —Mira su reloj de muñeca— Y no, no estaba preocupada en absoluto.

Asiento con la cabeza, y miro hacia otro lado. No sé por qué creí que ella iba a estar esperándome preocupada del otro lado.

—Bien, quiero que te alimentes bien, y descanses más —Se levanta, y me extiende mi ropa— Puedes irte.

—Gracias.

Ella sale de la habitación para que pueda cambiarme, y eso hago. No sé por qué siento un gran vacío en mi interior cómo si algo me faltara.

Bill entra a la habitación para ayudarme, y me cuenta todo lo que dijo Lisa antes de irse y cómo Diana se quedó dos horas cuidándome.


*

Después de pagar todos los gastos, y rellenar los últimos papeles para poder salir, veo a Diana acercándose a mí con una ropa diferente.

—¿Ya te vas? —Pregunta, y la piel se me eriza

Tenerla cerca hace que mi cuerpo reaccione de forma diferente, y aún no entiendo por qué.
Es una belleza extraordinaria, derrocha sensualidad por dónde la mires pero siempre estuve rodeado de mujeres hermosas y ninguna de ellas logró erizarme la piel como Diana. No lo entiendo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 27 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Dirty Diana | Michael Jackson +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora