My Little Dream┆MiChaeng

Capítulo 17 ☆彡

Somi recién entraba al bar pero se detuvo de inmediato, sorprendida por la imagen que tenía de Chaeyoung.

— ¡Somi-ah! — oh no, esa era Chaeyoung borracha. — ¿Por qué no le gustó a Mina unnie?
— lloriqueó la mayor. — ¿Tengo algo malo? ¡Dime por favor! ¿Soy fea? ¿Mi cuerpo es feo? ¡Solo dilo!

Chaeyoung se tiró encima de la más alta, llorando en el pecho de esta.

— Chaeng, estas borracha y apestas — se tapó la nariz. — ¿Cuanto tomaste? ¿Por qué dices todas esas barbaridades? — Chaeyoung se acurrucó aún más en el pecho de la menor.

— Me gusta Mina unnie, me gusta mucho, mucho. Pero a ella le gusta Nayeon...— al nombrar a la mayor se le quebró la voz. ¿Por qué Mina no pudo haberse enamorado de ella?

— Chaeyoung, te lo dije hace un par de años — recordó la menor. — Pero de todas formas tu no tienes nada malo, de verdad. Eres preciosa tal como eres, unnie — acarició el cabello de la mayor.

— ¡Ella no me quiere de la misma manera!
— Somi sintió tristeza por su amiga, nunca la había visto de esa manera.

— Ven aquí unnie — Somi se hincó un poco, tratando de que Chaeyoung subiera a su espalda.
— No se quien es la mayor, si tú o yo — rió.

Finalmente Chaeyoung se subió a la espalda de la rubia. Como Chaeyoung era más pequeña a comparación de Somi, a ella no le costaba nada llevarla en su espalda.

Somi salió del bar con una Chaeyoung demasiado deprimida en su espalda. La menor quería verla feliz.

Somi decidió ir a dejar a Chaeyoung a su casa, por nada del mundo la dejaría irse sola.

— Perdón...— Chaeyoung dijo después de unos minutos caminando. — Soy un desastre — suspiró.

— Está bien unnie, se que eres un desastre pero yo igual soy así, te entiendo. No pidas disculpas, sabes que siempre me tendrás para lo que necesites — Somi estiró un poco su mano para darle dos palmaditas en forma de cariño al trasero de la mayor.

— Te quiero, Somi — le plantó un amistoso beso en la mejilla.

— Yo también te quiero, Chaeng.

Pasaron los minutos, ya casi llegaban a la casa de la mayor.

— ¿Quieres que me baje? Creo que ya hiciste suficiente — preguntó Chaeyoung.

— Ni se te ocurra Son, yo misma te llevaré a casa.

Al llegar, ambas se despidieron a la entrada de la casa.

— Mamá, ya llegué — comentó con tristeza, abriendo la puerta.

— ¿Por qué estás llorando, hija? — la mamá de la coreana bajaba las escaleras.

Chaeyoung fue corriendo para abrazar a su mamá.

— ¿Por qué no le gustó a Mina? ¡Ella nunca se ha fijado en mí! He sido su amiga durante años y ya no quiero serlo, mamá. Ella realmente me gusta, y no sabes cuánto me duele que a la que realmente quiere no soy yo — comentó con su voz apagada.

— Oh, mi vida...Lamentablemente en la vida no siempre obtenemos lo que queremos. Las cosas siempre pasan por algo. Capaz tú y ella no son tal para cual. Seguramente el destino no las quería juntas — acaricio con cariño el cabello de su hija, dejando besos esparcidos en este.

— Pero yo la amo mucho mamá...¿Por qué no se pudo fijar en mí? ¡Que se joda el puto destino!

— Hija...— su mamá no toleraba las groserías.

— Quiero estar con ella, mamá. La he amado desde que soy pequeña. Yo pensé que ella estaba enamorada de mí. Siempre me trató de una forma distinta al resto.

— Lo sé, mi niña.

— Me tomaba de la mano en donde fuera, sin que yo se lo pidiera. Me abrazaba todo el tiempo y siempre me decía cuánto me quería. Cuando le pedía besos ella me los daba. ¿Saque de contexto todo eso? — la mamá de la menor sintió como su hija ya casi temblaba por tanto llorar. Mataría a Mina después de todo esto.

Pero de todas maneras la señora Son se rió internamente. ¿Cómo era posible que su hija fuera tan ciega? Ella misma acababa de decir todas esas cosas y seguía sin darse cuenta.

— La gente a veces suele confundirse, seguramente ella siempre gustó de Nayeon.
— tendría que hacer sentir mal a su hija por petición de Mina, luego ajustaría cuentas con la japonesa por hacerle esto a su niña.

Chaeyoung trataba de contenerse el sollozo.

— Llora. Llora mi vida, todo estará bien — con tal solo decir la primera palabra escucho el sollozo de esta. Hasta el corazón de su mamá se rompió por ver a su hija en ese estado.

La señora Son la tendría que contener toda la noche.