ONLY MINE| Male! Yandere X Female! Reader [PAUSADA]

𝁓 ̟𝂘🌸°꒦꒷23|Consuelo✦ ๋𓄹˙᮫

POV (____)

Limpie mis lágrimas con yema de mis dedos y me fui de allí, dejando solo a Ayato, las palabras que me había dicho me habían dolido. ¿Cómo podía comparar mi amistad con Osano y Amao? ¿Cómo podía cuestionar el dolor que sentía? Aunque trataba de evitarlo las ganas de llorar eran inevitables.

Camine decaída y en soledad por los pasillos de la escuela viendo vagamente los clubs tratando de distraer mi mente.

—¿(___)? —Llamaron a mis espaldas pero, no voltee ya que mis ojos se encontraban algo rojos y no deseaba que me mirarán así; Sin embargo me tomaron de los hombros y me sentí obligada a mirar —¿Estás bien? —Pregunto Amao preocupado.

—Aah si —Dije tratando de que mis lágrimas no cayeran pero Amao me miraba incrédulo.

—No es verdad, dime qué te pasa ¿Alguien te a lastimado? —Volvio a preguntar preocupado abrazándome, no pude contener mas las lágrimas.

Sus brazos eran cálidos,podía escuchar los latidos de su corazón eran calmados tanto que me transmitían tranquilidad. Me hacían sentir protegida.

—Esta bien, te lo contaré pero, debes volver a las actividades de tu club podemos vernos después — Dije más tranquilo él me vio dudando pero acepto, limpio las lágrimas de mis ojos y se fue.

Las actividades de los clubs habían finalizado y la última clase estaba por concluir después de esto debía ir a hablar con Amao quién se encontraba preocupado por mi. No sabía que iba a decirle, no se cómo tratar el tema.

No sabía cómo expresar todo lo que siento, desde que Osano desapareció todo ha sido más complicado para mí, pase de estar siempre acompañada por él ha estar sola, claro tengo el acompañamiento de Amao, Raibaru y tal vez el de Ayato, pero me falta mi mejor amigo, el chico al que le deposite mi completa confianza, me faltaba otra parte de mi corazón y eso era la complicado para mí.

El sonido del timbre indicando que las clases habían terminado llamo mi atención guardando todas mis cosas para irme. Amao me esperaría en las fuentes que estaban por el club de jardinería para hablar así que me dirigí hacia allá nerviosa.

Ahí se encontraba él sentado en la fuente al verme se levantó y me miró preocupado me acerqué hacia él.

—¿Y Amai, no ibas a acompañarla a casa? - Pregunté tratando de calmar mis nervios.

—Se fue a casa acompañada de una amiga - Explico —Por favor no cambies el tema ¿Dime qué sucedió? —Pregunto, yo me senté a su lado.

—Es que y-yo no se cómo e-explicarlo —Dije nerviosa ocultando mi rostro entre mis manos, él no dijo nada y nos quedamos en silencio durante unos segundos hasta que él quitó las manos de mi rostro y me miró con una sonrisa.

—Tranquila (___) no importa lo que haya pasado, yo no te juzgaré —Dijo dándome apoyo.

—Bueno es que... Desde que Osano desapareció me siento sola, estoy preocupada por él, desesperada por saber dónde está. Al salir de mi casa y ver que él no está esperándome me duele tanto — Mi voz empezaba a quebrarse y la garganta me ardía. —Lo único que me mantiene distraída y contenta es la compañía que tú me haz brindado. Pero ahora Ayato piensa que la desaparición de Osano no me importa y que he sustituido su presencia — Sin poder contener las lágrimas empecé a llorar, la mucosidad de mi nariz aumentaba, los sollozos eran fuertes y lad lágrimas caían al suelo.

Los brazos de Amao me rodearon la palma de su mano sobaba mi espalda con suavidad, así estuvimos unos minutos mientras yo seguía llorando él no hablo hasta que pare de llorar, tomo mi rostro con una de sus manos y me miró. Su mirada era suave y comprensiva.

—(___) te prometo que haré lo posible para que ya no te sientas sola y trataré de hacerte feliz —Dijo con una sonrisa mientras limpiaba las lágrimas mi rostro.

—Gracias Amao —hable con una sonrisa, él siempre sabía cómo hacerme sentir mejor.

—Si lo que te lastimó fueron las palabras de ese tal Ayato, hablaré con él y aclararemos las cosas tal vez eso te haga sentir mejor —Dijo abrazándome yo solo asentí —Toma tus cosas ya se está haciendo tarde debemos ir a casa —

Asentí a sus palabras y nos levantamos empezando a caminar hacia nuestras casas.

Desde ahora ya no me sentiré tan sola, ahora tengo a alguien que me escucha y no me juzga, un amigo.