Parte 2.

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—La tarea tiene un valor de treinta puntos, Gemini ¡Treinta puntos! ¿Sabes lo que eso significa? ¡Exacto! Que no te dejaré ir de fiesta ni mucho menos tomar durante éste fin de semana, hasta que terminemos la tarea.—Dijo Fourth realizando movimientos con sus manos a cada palabra que decía. Rodeé los ojos.

Fourth siempre ha sido tan perfecto... me refiero a perfeccionista.

No sé...

Creo que su nombre correcto es "Fourth las cosas te tienen que salir perfectas o te castro"

—Qué dramático.— Mascullé.

Ambos continuamos caminando hacia mi auto por el estacionamiento de la escuela. Había muchas personas y eso era algo que detestaba. El día simplemente había cursado con naturalidad. Nada nuevo. Solo ese maldito trabajo de ciencias.

—¡Yo no soy un dramático! Lo que pasa es que nos preocupo por nuestra calicalificación. Además no te dejare reprobar. Si repruebas me quedare solo y sin amigos. No puedo dejar que te alejen de mí.— Sonreí y pellizqué su mejilla.

—¡Que lindo eres Fot! Yo también te quiero.— Dije sin dejar de apretar su mejilla, ahora roja. Fourth quitó mi mano de su cara e hizo una mueca.

—No te burles imbécil. Hablo en serio, no me puedes dejar.— Dijo con seriedad. Reí.

—Tranquilo, todo estará bien.— Dije.

Aunque muy seguro no estoy.

Tengo que alistarme en todas las asignaturas para no ir a título. ¿Cómo pretendo sacar un diez en dos cortas hermana si no lo saqué en un semestre entero?

—Lo dices como si todo fuera a estar bien.— Masculló. Sonreí. Fourth puede ser un pesimista, pero lo quiero.

—¿Quieres cerrar tu boquita ya?— Reproché.

Fourth rodó sus ojos dándome la victoria de la conversación.

                         Narra Fourth:

─ Yo haré la investigación, el reporte y todo lo que tenga que ver con hacer el trabajo correctamente y tú... tú puedes colorear y transcribir. ─ Dije sacando los libros y los cuadernos para comenzar a trabajar. Gemini me miró y alzó sus cejas.

—Siempre me dejas lo estúpido.— Se quejó.

─Cada quien hace lo que puede. ─ Dije. Gemini negó con la cabeza y yo no pude evitar soltar una carcajada.

─Puedo aunque sea hacer un resumen o algo así esta vez... ─ Sugirió. Recargó sus brazos en el respaldo de la silla, tensando los músculos de sus brazos. Yo estaba sentando y él de pie.

─¿Sabes cómo? ─ Cuestioné curioso. Es decir... es Gemini, a él puedes hablarle de sexo y alcohol y te entenderá, no de las ciencias fácticas porque te ignorará.

─Sí. ─ Dijo obvio. Sonreí con burla y mirándolo con incredulidad. ─Sé hacer muchas cosas que tú no sabes. ─ Remarcó al ver mi expresión.

─¿Ah, sí? ¿Como pensar y respirar al mismo tiempo? Tranquilo, no agotes fuerzas. ─Me burlé. Gemini entrecerró sus ojos e hizo una mueca. Reí.

─Conoces sólo el 80% de Gemini Norawit. ─ Murmuró con misterio y superioridad.

─Tenemos seis años de amigos imbécil, te conozco hasta los huevos. ─ Dije con obviedad. Gemini sonrió y soltó una enorme carcajada, pero luego negó.

─Mis huevos son parte del 80%.

─¿Qué hay del otro 20%? ─ Cuestioné con una ceja alzada. Gemini sonrió de una manera extraña, fue casi una sonrisa depredadora, además sus ojos parecieron tomar una tonalidad más oscura.

─El 20% no interesa. ─ Murmuró.

─Pero soy tu mejor amigo, me interesa. ─ Dije fingiendo indignación.

─Tal vez algún día lo sepas. ─ Murmuró. Suspiré.

─¡¿Tienes un secreto y no me habías dicho nada?! ─ Exclamé sorprendido. ─¡Gemini! Tú sabes todo de mí, es injusto. ─ Gemini se encogió de hombros con su linda sonrisa habitual.

Sí... mi amigo tiene una hermosa sonrisa.

─No es un secreto... es más... una reservación... personal, sólo para... mí y... nadie más... que yo...

─Lo que acabas de decir no tuvo mucho sentido. ─ Aseguré con el ceño fruncido. Gemini sonrió.

─Como sea... algún día lo sabrás.

─¿Y por qué no ahora? Yo quiero saberlo ahora. ─ Exigí. Gemini sonrió ampliamente, tal cual alguien ocultando algo, pero no estaba seguro de qué.

─¿Te quedarás esta noche? ─ Me preguntó intentando desviarme del tema.

─No intentes desviarme Norawit. ─ Advertí. Gemini sonrió.

─Oye, ¡Cálmate! No es la gran cosa. ─ Se excusó. Lo miré con las cejas alzadas.

─¿No es la gran cosa? Vaya que tienes razón ¡Es la cosa grande! ─ Dije. Él rio.

─Lo que acabas de decir no tuvo mucho sentido. ─ Repitió mis palabras.

─Deja de usar mis palabras para atacarme. ─ Gemini se sentó junto a la silla que estaba junto a mí y tomó uno de mis cuadernos y una pluma.

─¿De qué páginas hago el resumen?

─Es un secreto. ─ Dije fingiendo enojo. Gemini alzó la vista y me miró serio. Pero una sonrisa graciosa se pintó en sus labios.

─Se supone que debo rogarte ¿O...?

─No. Se supone que debes decirme tu secreto.

─Fourth, vamos... deja tu necedad. ─ Dijo soltando un suspiro.

─Tú deja la tuya.

─¿Por qué? Es mía.

─Si te la robo será mía.

─Si evito que me la robes seguirá siendo mía.

─Pero si... ¡Ah, ya! ¡Me haces ser estúpido! ─ Me quejé, poniendo mis manos en mi cabeza y sintiendo como la risa de Gemini inundaba la habitación.

─Estúpido naciste. Ahora dime las páginas.

─Te dije que es secreto.

─Tú no tienes secretos, Fourth. ─ Dijo con obviedad.

─Sólo conoces el 80% de Fourth Nattawat. ─ Me burlé. Gemini rio.

─¿Y por qué sé que el otro 20% se basa en comida y dulces?

─Es para cubrir la verdad. Soy todo un misterio. ─ Dije. ¿A quién engaño? Soy un maldito libro abierto. No, soy una revista. Sí. Eso es mejor.

─¿Tú? ¿Un misterio?

─Muy misterioso.

─Un misterio muy misterioso que me sé al derecho y al revés. Ahora dame el puto libro y pongámonos a trabajar.

Sexomnia | GeminiFourth Donde viven las historias. Descúbrelo ahora