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— Hola querida — Contesto Susana Giménez, la mejor amiga de Verónica.

— Oh hola, perdón no reconocí tu número,¿que sucede? — contestó extrañada.

— Mich ya me lo contó, voy para allá, por favor cálmate,todo estará bien, Maria ya está haciendo unas investigaciones también,¿si? — Contestó a la otra línea telefónica.

— Muchas gracias mi Su, aquí te espero — Colgó.

Ana veía a Vero y realmente estaba mal, temían que enfermara.

— Vero, yo y Mich y mamá iremos a ver qué es lo que está sucediendo o qué harán las autoridades, tú quédate mejor aquí no vaya hacer de mala y te pongas más mal — Agarro los brazos de nuevo de Vero.

— Yo me quedaré con Vero — Comentó Ana.

— Está bien, yo y Ale iremos — Volteo a ver Ana. — Cuídamela mucho mamá Ana — Le dio una sonrisa y el y Ale sin más que decir se retiraron de la casa.

Verónica se fue a recostar a su cuarto, Ana le subió un té para que al menos descansara un poco.

Toco la puerta.

— ¿Puedo pasar? — Pregunto.

— Pasa Ana — Grito bajo desde la otra puerta.

Ana entró y se acosto a lado de Vero en la cama.

Las sábanas rosadas estaban tan cálidas.

— Enserio,¿no recuerdas nada más de lo que nos dijiste? — Volvió a cuestionar.

— ¡Ana por Dios, ya te dije que solo recuerdo eso! — Dijo molesta.

— Sabes que es tu culpa,¿Verdad? — Le hablo al oído.

— ¿Disculpa? ¿que te sucede Ana? — Volteó a verla a los ojos, molesto le contestó.

— Si mi hija está desaparecida es por tu culpa Castro —  La señaló con su dedo. — Si no fueras tan distraída Judith estuviese aquí — Se paró de la cama.

Suspiro profundo. — ¡Eres una estúpida! ¿Crees que a mi no me importa si mi hija vive o no? Si estará bien, si comerá, o si no le habrán echo algo, la lleve 9 meses en mi vientre, es parte de mi, ¿no lo entiendes? — Se levantó de la cama, puso su mano derecha en su cabeza, la recorría por toda su cara. — Claro,¿Como sabrás? Si jamás te hiciste cargo de ella — Su tono de voz era más elevado y molesto, ya se estaban gritando.

— Estúpida eres tú por descuidarla, y si tal vez no la lleve en mi vientre, pero es mi hija Verónica te guste o no, y tú sabes muy bien que siempre me echo cargo de ella — Seguía gritando.

— ¡Ni siquiera la vez! Das un horrible ejemplo Ana — Le gritó a la cara.

— No tienes derecho a decirme nada, y ni hablemos de ejemplos por qué te quedas muy corta querida — Sonríe cínicamente. —  Lo dice la alcohólica y todavía peor fumadora — Se dio la vuelta, v quedando viendo a la ventana.

— Al menos yo no abandone a mi hija por tres meses ni tampoco soy infiel como tú, acostarse con su mejor amiga el día de nuestro aniversario, qué descaro — Agarro el brazo de Ana, quedando frente a frente.

— Y no sabes lo bien que me la pase el día que lo hice, lo volvería hacer una y otra vez — Se quedó viendo esos ojos verdes.

<Ana.
¡Dios Santo, Verónica me odiará, si estuviese otra vez ahí sin duda alguna no lo cometería, me arrepiento tanto de haberlo echo, no sé por qué lo dije, o con qué fin, de qué la lastime más por lo que dije, pero yo la amo a ella, y ahora más que nunca quiero encontrar a Judith y ser la familia que siempre quise tener con ella.>

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⏰ Última actualización: Mar 30 ⏰

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