Nuggets

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Jihyo realmente, realmente, quería arrojarle a su prima un sartén a la cabeza

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Jihyo realmente, realmente, quería arrojarle a su prima un sartén a la cabeza. O cualquier utensilio para que dejase sus manos de mocosa curiosa tranquilas.

Desde niñas han llevado esa relación de "te molesto y yo te molesto el doble", un completo caso para sus respectivos padres. Juntas eran como un maremoto, o un tornado, volviendo los hogares un desorden entre sus juegos y peleas por quién era más tonta que la otra, o quién se quedaría con el último lego que quedaba en la caja de juguetes.

Tan solo llevándose dos años, las hacía lo suficientemente paralelas como para no tener esa brecha de respeto que se supone deberían; simplemente para Jeongyeon llamar a la omega "unnie" sería una completa abominación.

Las bromas y burlas nunca hacían falta, incluso cuando sus naturalezas se presentaron, estas llenaron sus oídos al momento por parte de la ajena. Jihyo recuerda perfectamente la patada en el trasero que le dio a Jeongyeon cuando le dijo que ahora era una omega chiquita y débil, pero ella se equivocaba.

Porque Jihyo no estaba chiquita.

O cuando ambas fueron castigadas a abrazarse y compartir las gomitas de osito de Jihyo porque se habían pasado toda la tarde discutiendo si ser omega o beta era mejor. Por supuesto, Jeongyeon hubiera preferido ser una alfa fuerte y guapa, aunque lo de guapa ya lo tenía, pero la madre luna había decidido otro camino para ella y con mucho gusto lo iba a aceptar, dejando en claro que incluso ser una beta era mejor que ser una omega.

Cosa que hizo que Jihyo le pegara otra patada en sus partes traseras.

A medida que iban creciendo, su relación se iba estrechando, pero las mareas nunca estaban calmadas entre ese par de primas. Las típicas disputas de niñas pequeñas, robar los juguetes de la otra, sacarse la lengua, tomar sin permiso las golosinas que tanto le gustaban a la mayor. Eran un dúo caótico, pero que en el fondo se cuidaban y querían más que a nada.

Con el comienzo de la pre-adolescencia, las cosas subieron a un nuevo nivel. Y dejaron de ser "¡Tía, me quitó mi peluche!" a canturreos acerca de que a alguna le gustaba tal niña, que dichoso niño había besado la mejilla de, y tonterías amorosas propias de la etapa.

A pesar de ello, nunca sucedió algo tan grave, o una pelea real, tan solo juegos y extrañas formas de demostrarse cariños, basados en cortos abrazos disfrazados de asco, o tirones de cabello ocasionales. Pero al final del día, siempre terminaban pidiendo permiso para hacer una pijamada, y al apagar la luz se les veía cómodamente acurrucadas juntas.

Una relación agridulce, por así decirlo.

Y Jihyo mentiría al decir que no había extrañado a su prima, que después de un mes finalmente se había dignado a aparecer en su puerta con esa mirada y sonrisa de tonta que se cargaba. Pero también estaría siendo una vil mentirosa si decía que no tenía ganas de pegarle en esos momentos.

Firewoman Ꞝ SahyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora