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Despertó dándose cuenta que sus hermanas ya se habían ido a la escuela. Se abrazo a si misma entre las cobijas, aunque no hiciera un frío mortal, la casa mantenía una temperatura muy baja y congelaba los huesos de Jaque. Por el color del cielo y el ruido de las calles, Álvarez asumió que debían ser las diez de la mañana en adelante, quizás las once. Era un día nublado y con muchísimo viento.
Sin muchas ganas de levantarse, se alejó de sus refugiantes cobijas y se dirigió al baño, lista para darse una ducha corta. El agua recorría su cuerpo, quitando cualquier suciedad o restos de basura de su cabello castaño. Salió a los cinco minutos, no podía disfrutar de duchas largas porque eso sería un incremento en la tarifa del agua.
Optó por ponerse una camisa larga con escote en forma de "U", podía distinguirse como un vestido fácilmente. Se puso sus medias y un short de licra negro, se podía ver un poco de este por debajo de su "vestido", sus botas negras y unas pulseras gruesas que su madre solía usar. Se miró frente al espejo de cuerpo completo que estaba en la puerta de su armario, nunca le había importado tanto el como vestía pero hoy conocería al amigo de Carlos y quería verse "presentable".
︎ ︎ ︎Lavó sus dientes y comenzó a cerrar ︎ ︎ ︎todas ︎las ventanas con llave, marcó a la ︎ ︎ ︎casa de Adriana y le pidió si de favor sus ︎ ︎ ︎hermanas podrían ir a su casa a pasar la ︎ ︎ ︎tarde, recibiendo una respuesta positiva ︎ ︎ ︎por su parte. ︎ ︎ ︎Al salir, el viento golpeaba su rostro con ︎ ︎ ︎fuerza, ︎tuvo que achinar sus ojos pues ︎ ︎ ︎rastros de polvo entraban en ellos y le ︎ ︎ ︎irritaban la vista.
Divisó las rejas a lo lejos, apurando el paso deseando con su alma el no haber llegado tarde. Vio a un pibe recargado en su bicicleta comiéndose las uñas, al parecer estaba esperando a alguien por lo que Jaqueline se puso a su lado solo que con un poco más de distancia y en silencio, tanto que ni el chico se dio cuenta de su presencia.
Escucho el claxon de un carro y como una chica salía casi que corriendo, la siguió con la mirada y se dio cuenta que era Mariela; la hija de Don Hugo, el jefe de su papá. Seguido de ella salió Carlos, agarrando las tiras de su mochila con nerviosismo. El pibe de la bici soltó un chiflido e intercambio unas palabras con Carlos antes de que este hiciera contacto visual con Jaqueline.
