Su cabeza dolía, la sentía hasta a reventar, para su mala suerte, apenas era su primer día como el presidente ejecutivo de la empresa de su tío.
Joder.
Y ni hablar de los para nada disimulados y empalagosos aromas de los Omegas que lo rodeaban; lo último que esperaba era eso, que todos los empleados se le insinuasen de forma para nada discreta y no los culpaba, el egocentrismo y narcisismo de Taehyung era tan grande que hasta él mismo se enamoraría de sí.
—Esperemos que todos los accionistas se encuentren presentes, en un momento entrará el nuevo presidente de la empresa — anunció un Omega entrando a la sala de reuniones.
Taehyung se sentía a morir, pero eso algo que realmente no le importaba, en la última hora había estado pensado en no asistir a la presentación de su, ahora, empresa, tal vez cuando fue un pasante en la empresa de su tío había sido el mejor de todos.
Ahora que lo pensaba, de niño nunca debió haberle dicho a su tío que cuando él fuera un adulto quería ser su heredero. Claro, era un niño, nunca se imaginó que una empresa llegaría a tener tantas responsabilidades que él en su momento nunca se imaginó.
De repente, entró un chico de cabello negro, su presencia llevándose por completo la atención del nuevo Presidente ejecutivo.
Taehyung comenzó a sentir inquieto a su lobo en cuanto vio a aquel Omega; aunque, lo que realmente sorprendió a Taehyung no fue la cautivadora imagen ni el exquisito aroma que este poseía, sino que, a pesar de ser el único Omega presente en aquella sala de juntas, este había tomado asiento entre un par de Betas.
— Buen día a todos, mi nombre es Kim Taehyung y desde hoy me haré cargo de esta agencia de modelaje como el presidente ejecutivo — pronunció de manera firme frente a los demás, quienes hicieron una ligera reverencia ante sus palabras.
Pudo reconocer al menos a tres alfas, uno de ellos siendo el director de imagen, otro el coordinador de marketing y, a quien había detectado como a una alfa recesiva, era la directora financiera de su empresa. El par de Betas y aquel Omega, eran simples accionistas como él, pero por muy poco se le comparaban, aunque sinceramente, eso no le importaba en lo absoluto.
—Quiero que me mantengan informado de cada acción y movimiento que hagan para que yo de las autorizaciones correspondientes— fue lo último que dijo el alfa antes de salir casi huyendo de aquella sala de juntas.
Se sentía mareado, el aroma a jazmines y lavanda con pequeñas notas de menta dulce que estaban alborotado a su lobo lo estaba fastidiando hasta cierto punto.
Admitía que aquel Omega que había visto como accionista de su propia empresa le había atraído, pero muy en su mente demasiado –poco– racional, no le gustaría meterse con un Omega que fuera empresario, anteriormente había tenido la oportunidad –desgraciadamente– de haber salido con alguien así, siendo su peor experiencia "romántica".
Pero, al parecer, a su lobo le parecía fascinante la idea de cortejar a aquel chico.
Aunque... Jungkook no estaba tan diferente.
Extrañamente, el lobo de Jungkook se comenzababa sentir inquieto, aunque él sabía lo que eso significaba... había experimentado aquella sensación un par de veces cuando aún iba en secundaria, sabía lo que era enamorarse de un alfa, aunque, de cierta manera, está era la primera vez que lo sentía así de intenso y que pusiera de esta manera particular a su parte Omega.
Aunque tal vez él creyera por ser el único Omega presente en aquella sala, aunque fueran casi las mismas personas, solo había una que tal vez lo pusiera de aquella manera.
Jungkook no era tonto, o bueno, un poco tal vez, aunque también tuviera la fantasiosa idea de encontrar a su destinado, su parte racional sabía que aquello era una idea estúpidamente absurda.
El aroma almizclado de cierto Alfa hacia sentirlo ansioso, sintiendo notas de madera, vino y un ligero fragor a heno hacían que su piel se le erizara cada que ingalaba un poco de aire.
Jungkook sabía claramente de quien era aquel aroma, aunque quería aparentar que no.
No, no, no.
Estaba mal que se fijara en su nuevo jefe.
Aunque, extrañamente, aquel aroma a vino, en especial, aquel aroma, se le hacía un poco familiar, lo cual le generaba un poco de escalofríos recordar aquella ocasión, aquella noche, aquel lugar...
En cuanto aquel sentimiento recorrió todo su cuerpo, quiso salir de ahí, pero...
A veces, la vida es un poco caótica...
Aquella reunión de vienvenida entre ejecutivos había sido relativamente corta, aunque Jungkook no le haya puesto la atención ni a la primer palabra dicha desde que comenzó.
Quería salir huyendo de ahí, quería dejar de sentir aquella sensación eufórica que aquel aroma le causaba a su lobo.
Quería huir...
Pero el destino es tan caprichoso cuando se trata de unir a dos almas que nacieron para amarse....
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𝑬𝒍 𝑭𝒓𝒖𝒕𝒐 𝑷𝒓𝒐𝒉𝒊𝒃𝒊𝒅𝒐
Fanfiction『𝗧𝗞』︳Un lazo sin marca. El recuerdo latente de una violación. Un hijo siendo padre soltero. Y un amor que es el fruto prohibido. Pero Jungkook pudo ser más fuerte que todas aquellas adversidades, aún si era un omega, uno que tenía un hijo aún s...