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Las manos de Jungkook permanecieron inmóviles sobre su pecho, mientras caminaba lentamente por la acera casi a medianoche.

Era jueves cuando debía volver a casa para descansar y continuar un poco con su trabajo fácil. Pero seguramente llegaría a casa en las primeras horas de un viernes que empezaba a ser tortuoso.

Tampoco era demasiado tarde, pero no era apropiado ir solo, sabiendo que le podían pasar cosas malas.
Estaba tan mal, su boca olía a alcohol y su visión no estaba borrosa aún, pero su piel comenzaba a calentarse y se sentía como si estuviera en un viaje por el cielo, muy relajado y asintiendo con la cabeza ante casi cualquier cosa. Se sintió tan bien a pesar de que era algo malo.

Pasaban pocos autos y desde dentro lo observaban, caminando perezosamente con una mano en la cintura y la otra despeinándose. ¿Y por qué estaría allí?

Se sentía como un idiota a pesar de que el alcohol lo envolvía en la tentación. Muy estúpido, le daba pena caminar y regañarse por hacer las cosas mal, y aún no tenía un plan para arreglarlo, no tenía ideas, no podía pensar, era algo importante que no podía pensar, y eso se debía a que la presión que sentía ni siquiera le permitía respirar normalmente con facilidad.

Sabía que estaba mal y nadie podía señalárselo porque él lo sabía más que nadie. No quería mirar a su alrededor en un día tranquilo y ver a otras personas normales y felices. ¿Por qué, si se consideraba feliz y correcto, ahora se sentía lejos de serlo? ¿Sería simplemente la presión de sus pensamientos?

Deseó ser el omega que era hace unos meses y entendió que tenía que tener paciencia.

El camino a su casa se volvió desesperante para Jungkook, pues de repente las calles se confundieron, todo parecía volverse más desconocido y las ganas de vomitar llegaron a él de manera agresiva. Ah, y maldijo todo en esos momentos en los que se sentaba en la banqueta junto a un árbol a descansar.

No sabía dónde estaba, si volvería solo a casa, y necesitaba un lugar donde vomitar porque su boca salivaba y su abdomen se contraía.
Abrazó sus pies flexionados, respirando pesadamente con los ojos llorosos ante la horrible sensación de vómito.

Se levantó débilmente de aquel lugar, dispuesto a buscar algún lugar donde refugiarse para pedir ayuda y llegar a casa.

Suspiró con sentimiento, queriendo caminar rápido cuando su entorno se volvió peligroso, como si el silencio le advirtiera que no debía estar solo en esas direcciones. Se le llenaron los ojos de lágrimas y permaneció en silencio, sin detener sus pasos.

Pensó que eran sus lágrimas las que mojaban sus manos, una gota tras otra, y luego levantó la cabeza, y sintió que era el cielo el que lo regañaba por ser tan tonto, sintió que el cielo no lloraba con él, No, se sintió como un castigo.

Lluvia en mayo, que peculiar, que castigo.

Corrió, como si alguien lo persiguiera detrás de él, obligándose a ir rápido, aunque se sentía al borde del desmayo.
Y qué impotencia, joder.

De alguna manera pudo reconocer las calles después de casi quince minutos bajo la lluvia y bajo los síntomas horrendos. Su casa se veía a varios metros de distancia.

Quizás los truenos nunca le habían asustado, y se había burlado de quienes le temían, y en un momento lo comprendió. Porque los truenos en el cielo parecían lo peor que podía oír y ver en ese estado de pánico. ¿Por qué no se había dado cuenta de ese detalle?

Le ardía la cintura, le dolían mucho la espalda baja y los pies. Además, sentía dolor en el abdomen, como si se tratara de unos cólicos agresivos, acompañado de sudor en la piel bajo la lluvia. Le chillaba a todo en particular.

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⏰ Última actualización: Aug 24 ⏰

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"Dangerous" | TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora