La brisa fría me golpeaba el rostro, mis labios estaban resecos y rojos como una cereza, todo gracias al frío. Era bastante sensible respecto a los cambios de clima, al ser tan repentinos, lograba enfermarme fácilmente, pero aún así no sería excusa para mí y no ir al liceo... Aún debía observarla, ¿De quién hablo? ______, una jovencita de cuerpo pequeño, y su piel pálida, sus ojos son encantadores, y por supuesto que me detengo para contemplar su belleza tan única, todos los días.
No es necesario estar demasiado cerca... Aún así podía admirar su rostro desde lejos, su voz pacífica... Por favor.
A penas puse un pie dentro del establecimiento, comenzó la fuerte lluvia, golpeando las puertas de vidrio, las cuales cerraron rápidamente. Caminé tranquilamente por el largo pasillo, mi salón quedaba algo lejos de la entrada. Solo podía oír mis pasos. Llegué a un salón en especial, observé por el cristal y allí se encontraba ella sentada, en el fondo del salón, me bastaba con ver su cabello brilloso y suave, jamás lo he tocado, pero podía imaginar como se sentía hacerlo, se veía tan...
"Tom"
Una voz gruesa interrumpió mis pensamientos junto a un suave golpe en el hombro, era Georg, mi mejor amigo. Nos conocimos en preescolar, nos hacíamos llorar mutuamente hasta que nos convertimos en buenos amigos, raro, ¿No es así? Tampoco creí que podías querer a la persona que te hizo sentir mal, en su momento.
"Georg..."
Fue lo único que pudo salir de mis labios, aún estaba bastante pensativo como para entablar una conversación.
"¿De nuevo observando aquella chica? ¿Cuándo piensas hablarle?"
Sus palabras me pusieron más pensativo. ¿Hablarle? ¿Debería? Ella sabía que yo la buscaba y observaba en todas partes, como un acosador... Pero no lo era, solo tenía una enorme admiración hacia ella y hacia su belleza, adoraba dibujarla, me distraje de mis clases de guitarra virtuales solo para mover un puto lápiz sobre la hoja y hacer a mi obra de arte favorita. Observé fijamente a Georg, dándole a entender la gran timidez que tenía para hablarle, era bastante callado y observador, como dije al principio.
"¿Entonces?..." Me quedé callado aún, Georg suspiró y me tomó del brazo. "Mejor ya ingresemos, se hará tarde por tus tonterías, rarito"
Me dejé llevar por sus movimientos, sus pasos fueron hasta nuestro salón. Una vez allí, me senté donde siempre, del lado de la ventana para poder oír y ver mejor la lluvia.
El transcurso de la clase fue normal, me costaba prestar atención, pero siempre tenía buenas notas gracias a Georg, era bueno explicando y siempre me enviaba las actividades. Él era como mi alma gemela, pero no de manera romántica, él me gustaba como amigo... Era agradable saber que tienes a alguien el cual te escucha y te consuela, sin juzgar tus actos por más que cometas la mayor idiotez de tu vida.
...
"_______"
Una voz serena me hablaba al oído, diciendo mi nombre de manera suave... Mmm... Espera, ¿Aquello era un sueño?
"________"
Esa voz se oía cada vez más gruesa y no demasiado pacífica.
"¡_______!" Salté en mi asiento cuando noté que esa voz no era de ningún sueño, simplemente estaba adormilada, y mis amigos me estaban despertando.
"Lo lamento... Me quedé dormida por accidente" Le susurré a Daimon, mi mejor amigo, pero susurrar no sirvió de mucho, ya tenía al profesor parado frente a mí, listo para castigarme... Y así fue.
Me echó de la clase, así que no me quedó de otra que marcharme fuera del salón, tal vez me quedaría en el salón de música por un rato, no iría a la dirección por el momento. Caminé hacia el salón de música como dije anteriormente, pero estaba ocupado por otra división, los observé un poco, y en eso noté que uno de los jóvenes me puso la vista encima, unas locas rastas en su cabello, estaban sueltas y caían por sus hombros, un piercing en su labio inferior, una nariz bastante bella y respingada, pestañas largas y labios rojizos... También su uniforme era extremadamente holgado, no parecía de su talla, tal vez era algún estilo. Me sonrió levemente, pero su mirada era penetrante, era lo único que me pudo hacer sentir incómoda. Recordé que no debía estar ahí, así que rápidamente me alejé y busqué otro lugar para quedarme.
Solo se oían mis pasos en el pasillo del establecimiento, mi madre me había comprado unos zapatos nuevos, eran cómodos, pero no solía usar zapatos de vestir para la escuela, utilizaba mis clásicas zapatillas para correr, caminar, pero es una lástima que estén arruinadas, así que debía cambiarlas lo antes posible, me veía y sentía aún más formal con estos zapatos. Cuando salí al patio trasero, noté como había comenzado a nevar, el invierno era tan hermoso y cómodo... A mi hermana le hubiera encantado estar aquí jugando con la nieve, solo que... Aún no tenía idea de dónde se encontrase ella, me desvié mucho del tema, ¿No? Pero no hay problema con recordarlo tampoco.
Dejé de saber de mi hermana el día 3 de junio del 2003, ¿Cómo y por qué? Según mi madre, escapó, pero aún no me encontraba conforme con aquella respuesta, ¿Quién sabe si ella realmente no escapó y alguien la atrapó? Hace unos años atrás... En Alemania de consideraba el país con más narcotraficantes sueltos, los más peligrosos y cautelosos también, sabían manejarse de muy buena manera, mi madre cree que solo fue un mito, ya que, no llevamos mucho tiempo en Alemania, no al menos en aquel momento donde se encontraban aquellos "Narcotraficantes" Según los científicos, sus drogas eran las más fuertes del momento, las cuales traían restos de vidrio, nafta, marihuana, alcohol, etc... ¿Todo eso metían en sus narices los adictos?
¿Mi padre? Él es un solterón, alcohólico con problemas de ira y demasiados cambios de humor, mi hermana desapareció desde que llegamos a Alemania, y no podía dejar de recordarmelo cada segundo, no me conformaba con lo poco que hicieron los oficiales para buscarla... Yo aún creía que aquellos narcos, aquella mafia, seguía en pié, pero se hizo oculta por gente del gobierno, porque se encontraban amenazados por aquella mafia, o tal vez los sobornaban con su droga, por favor, ¿Realmente la gente creía qué la gente del gobierno es así de correcta y bien parada? Siempre ha sido así frente a las cámaras, pero jamás sabremos que hay detrás de todos ellos... Todos son como una marionetas gracias a ellos... Y esa mafia, hasta puede ser parte de ellos.
Me inundé en mis pensamientos lentamente, hasta caer en cuenta que estaba parada en medio del patio, la nieve me comenzó a cubrir los pies, y un peso llegó hasta mi hombro derecho...
"Te puede dar un resfrío... Deberías entrar"
Murmuró una voz gruesa y cálida, ¿Quién había sido? Mi cuerpo aún seguía paralizado, hasta que tuve la oportunidad de voltear, y ahí se encontraba el joven de rastas.
"¿Me estabas... Siguiendo?" Pregunté con algo de confusión, ya que no supe cómo me había encontrado aquí. Él negó y alejó su mano de mi hombro.
"No... Lamento sí te sentiste así, yo solo... Fui al baño y de pasada te ví aquí, y me preocupó que estuvieras aquí, no es bueno, mucho menos cuando estás sola, además de que hace frío" ¿Por qué dijo eso? Me sacó un poco de onda y me dejó pensando en ello, ¿Por qué no podía estar aquí sola? Era solo el patio de la escuela... ¿Alguien podría hacerme daño? Tenía la maldita costumbre de sobrepensar cualquier cosa que me dijeran, era un impulso.
"Debes entrar" Me ordenó, su rostro amable desapareció por completo, haciéndome creer que debía obedecer sí o sí. Entré lentamente a la escuela, y en aquel segundo, sonó el timbre para el recreo... Y al voltear, el chico de rastas ya no sé encontraba allí, extraño.
...
"¿Qué te tiene tan pensativa?" Preguntó Siria, mi otra mejor amiga.
"Nada, solo... Hoy cuando me echaron del salón, salí al patio trasero, y minutos después apareció un chico con rastas... Bastante alto, se había amable, pero sus palabras me dejaron pensando demasiado..." Hablé casi en un murmuro, Siria levantó una ceja y Daimon despegó su vista del teléfono para oírme, esperando una respuesta por parte mía. "Dijo que debía entrar, que podía resfriarme... Y luego... Que no era seguro que esté allí, mucho menos sola, además del frío..."
Los rostros de Siria y Daimon estaban desconcertados, al igual que yo, Daimon devolvió la vista a su celular y Siria no respondió... Parecían actuar todos raros hoy.
...
El día se acabó, y yo me encontraba caminando para ir a casa, no estaba demasiado lejos de la escuela, aunque era más seguro tomar un autobús porque las calles estaban oscuras en invierno. El vapor salía de mis fosas nasales de tanto frío que hacía, pero era soportable si te abrigabas bien. En el camino, aún no podía quitarme de la mente las palabras de ese chico, ahora quería saber su nombre, sus actitudes me causaban curiosidad, sus ojos... Reflejaban algo inexplicable, era intimidante... No ocurrirá nada malo si me acerco yo ésta vez, ¿No?...
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Mi Diario Prohibido ; Tom Kaulitz.
FanfictionUno jamás cree que aquel amor llegará, pero, ¿Quién creería qué yo planeé todo desde el primer momento que la he visto?