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Jungkook 12
Taehyung 16

Había tenido una semana difícil, no era por menos, hace unos días se había presentado como omega. Olía a galletas con canela recién hechas. Amaba su olor, pero le era algo difícil controlarlo con sus emociones.

Jungkook apenas estaba aprendiendo cómo ser un omega, cómo controlar sus feromonas, cómo aprender a sobrevivir con todos los olores atacando a su sensible nariz. No recordaba que los olores lo perturbaran tanto antes de presentarse.

Había estado una semana entera en su casa y estaba emocionado por ir nuevamente a la escuela. Tenía un motivo para regresar. No extrañaba las tareas y las clases, pero sí demostrarle a las chicas molestas de su clase que él también se había presentado como un omega bonito.

Además, su mayor motivo, vería a Kim Taehyung, el alfa que lo sonrojaba y embobaba su mente. Apenas había intercambiado unas palabras con él, cuando ingresó a la escuela no tenía amigos, solía perderse dentro del edificio, pero el alfa le había mostrado el lugar al encontrarlo en los pasillos en la segunda semana de clases. Era tan, tan dulce, pudo sentir su olor a manzana y romero, tan agradable incluso para ser un alfa, quienes solían hacerle picar su nariz con esos olores fuertes y molestos.

Kim Taehyung era un alfa diferente. Era el alfa que sería el padre de sus hijos, ya lo había decidido. Jungkook tenía metas muy claras, quería formar su manada, tener cachorritos y que se parecieran a él y a Taehyung.

Pero sabía que las cosas no pasaban solas y tenía que actuar antes de ver al alfa con alguna otra omega. No podía permitir que sus planes poco estructurados de vida se arruinaran.

Así que se levantó esa mañana de un miércoles, lleno de energía y empezó a alistarse, a ponerse más lindo de lo que ya era. Se puso unos ganchitos en su pelo y unos lacitos, cepilló muy bien sus dientes y se colocó un poco de bálsamo labial que dejaba humectados y con un poco de color sus labios.

Estaba perfecto, sólo tenía que pasar recogiendo el ramo de flores que había encargado el día anterior cuando regresaba de la escuela y comprar los chocolates en la tienda que le quedaba de camino. Ya tenía la carta que le daría a su hyung confesando sus sentimientos.

Se despidió de sus padres más temprano de lo normal y salió mientras aún revisaba que su uniforme estuviera impecable y que su olor se mantuviera dulce para causarle una buena impresión al alfa.

Ya había asistido lunes y martes a la escuela, pero no se había atrevido a saludar ni siquiera a lo lejos al alfa, así que quería causar una buena impresión.

"Tú puedes, Jungkook" se tranquilizó al estar en la entrada del lugar, tenía un ramo de margaritas en su mano, todos se le quedaron viendo cuando ingresó a la escuela.

Estaba nervioso, no le gustaba que lo vieran así.

El plan era confesar su amor al alfa a la hora de almuerzo, cuando todos estuvieran en la cafetería y pudiera citar al alfa al patio trasero donde habían lindas flores que adornaban el lugar.

Incluso había pedido permiso para ir al baño a la hora de clase que quedaba justo antes del almuerzo para ir a dejar los chocolates, el ramo de flores y su carta escondidos en el patio trasero, entre unos arbustos y dentro de una bolsa. Nada podía salir mal y se lo confirmó cuando la profesora los dejó salir diez minutos antes de que sonara el timbre.

Fue apresurado a los grados mayores para esperar fuera de la puerta a Taehyung.

Respiró profundamente, apoyado en la pared mientras veía sus pies, tratando de que su olor a nerviosismo no se notara. Su olor tenía que permanecer dulce.

I'm coming back for you, baby ! TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora