7.TE JODISTE

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Selina

El constante pitido de las máquinas resuena en mis oídos. Los recuerdos de las últimas horas vienen a mi mente poco a poco y me tomo mi tiempo para despertar del todo. Los párpados me pesan demasiado además y no tengo reparos al admitir para mí misma que tengo miedo de lo que pueda pasar de aquí en adelante. Sin embargo, cuando mis sentidos se agudizan y consigo distinguir unos latidos acelerados, abro los ojos de inmediato.

La luz me golpea de repente, obligándome a repetir el ejercicio de abrir y cerrar los ojos varias veces hasta que consigo enfocar la vista. El sonido viene de un ecógrafo y los latidos son de... mi... mi bebé.

«¡Está vivo!»

En lo único que puedo pensar es en la salud de mi hijo. Acabo de tener probablemente el peor día de mi vida y he hecho muchos esfuerzos tantos físicos como mentales... Necesito saber cómo está.

Con la mirada busco el timbre para llamar a enfermería y cuando lo encuentro a un lado de la cama, lo presiono una y otra vez hasta que aparece alguien.

—¡Bueno, alguien se levantó muy demandante! —mi amiga Mar aparece de inmediato en la habitación junto con una enfermera—. ¿Cómo te sientes, mamá rubia?

—¿Cómo está el bebé?

—Sus latidos son normales y las medidas están correctas —me responde sin perder la sonrisa, pero con el tono de seriedad que requiere su respuesta—. La placenta también está bien colocada, así que no tienes nada de lo que preocuparte... por el momento.
Sus últimas palabras prenden las alarmas en mi sistema.

—¿A qué te refieres con «por el momento», Mar? —cuestiono algo temerosa.

—Me refiero en primer lugar a que estás presentando un embarazo de riesgo que lleva cuidados extras y la cantidad de estrés a la que te estás sometiendo no te ayuda en nada. Puede llegar a ser demasiado perjudicial para ti..., pero eso ya lo sabes, ¿verdad?

—Por supuesto que lo sé —suspiro apesadumbrada—. ¿Pero qué quieres que haga? Apenas hace unas horas trataron de matarme a mí y a mi familia y por si fuera poco estoy de vuelta en esta isla de las pesadillas... y he tenido que arrastrar a mis padres junto conmigo.

—Lo sé, es jodido. Solo por eso te perdono el no haberme contado de mi sobrino. ¡Dios mío, voy a ser tía? Jamás me imaginé que de Luisa, tú y yo, tú serías la primera en ser mamá.

—Créeme, Mar —dejo escapar un largo suspiro—, yo tampoco. Mucho menos un hijo de...

—¿De un mafioso psicópata que da tanto morbo como terror? —Mar se sienta a un lado de la cama para arropar una de mis manos entre las suyas—. La situación es jodida, pero si me lo preguntas, eres una valiente, Selina Vera. Siempre has tenido los ovarios bien puestos, no vas a decaer ahora. No después de todo lo que has vivido.

—Han matado a todo el vecindario, Mar —suelto muy bajito, al tiempo que comienzo a procesar todo lo que ha pasado—. Los niños, los ancianos..., hasta la vieja chismosa del barrio que tanto odio me tenía... Todos se han ido.
Me duele. Todas esas pérdidas me pesarán en la consciencia y en el corazón toda la vida.

»Y además, no sé cómo vaya Abdul a maquillar lo sucedido, pero no creo que podamos regresar a nuestra casa. Mis padres y yo tendremos que mudarnos en el mejor de los casos, probablemente cambiarnos de nombre...

—No es tu culpa, Selina.

—Sí, sí lo es —difiero en tanto siento el apretón de su agarre. Me conforta tenerla cerca de nuevo, desde que Luisa se fue me he sentido muy sola, pero no es suficiente para recomponer el corazón que se me rompió en este mismo lugar hace unos meses. Estar de regreso supondrá un calvario para mí, a pesar de los buenos recuerdos que guardo... soy consciente de que la presencia de Brandon Hell opacará todo lo lindo y lo feliz. Así de grande es el daño que me ha hecho... que me sigue haciendo—. En parte sí es mi culpa. Todo lo que me ha pasado ha sido porque me lo he buscado, Mar. Tanto lo bueno como lo malo.

ATRAPADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora