Cap. 8 "Reencuentro"

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Notas del capítulo:

• Al aroma a tierra mojada se le dice "petricor".

Habrán algunos términos médicos complicados así que si tienen alguna duda me pueden preguntar con confianza.

Sin nada más que agregar comencemos <3

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Colapsó. Después de años aguantando lo mismo y de un encuentro que ni siquiera se imaginó finalmente llegó ese día. Su cuerpo ya no pudo soportar tanto estrés por lo que acabó en el suelo desmayado. Después de un rato pudo recuperarse un poco, se sentó en una camilla descubriendo que estaba en una ambulancia, todo lo escuchaba de manera ensordecedora y distante, las voces de los paramédicos, la sirena de la ambulancia, aún se sentía muy mareado y débil, lo único que podía recordar en ese momento era ver a Ian y a los demás angustiados, a él mismo perdiendo el conocimiento y...Haber visto a Matías entre una multitud sonriéndole de forma espeluznante. Un poco desorientado preguntó lo que había pasado, le contaron que se había desmayado en el centro comercial debido a un "síncope vasovagal", un término que no entendió para nada.

-En palabras más sencillas usted se desmayó por tanto estrés y al ver la sangre de su omega su presión arterial bajó de golpe causándole un desmayo-
-¡¿Qué?!-

Intentó levantarse de golpe pero los paramédicos lo detuvieron para evitarle otro desmayo.

-No se levante, se puede volver a desmayar-
-¡Mi omega! ¡¿Dónde está?!-
-Ya se encuentra en urgencias, iba en otra ambulancia y ya está siendo atendido por un especialista-

Una paramédico omega se acercó y de manera comprensiva habló con él para ayudarle a calmarse.

-No se preocupe señor Vigevani, su pareja está en buenas manos, todo va a salir bien-

Fede suspiró pesadamente mientras se cubría la cara lleno de vergüenza por desmayarse, por haber descuidado a Ian y por no haber actuado como un verdadero alfa, Matías estaba cerca ¿Cómo pudo desmoronarse tan fácilmente? Perfectamente pudo haber aprovechado la oportunidad para hacerle algo a su familia. ¿Cómo es que pudo dar con el lugar exacto de su paradero? ¿Lo estará vigilando? El alfa uruguayo estaba tan enfermo que era muy capaz de hacer eso.

-¿Cuántos alfas habían además de mí?-
-Creo que eran cuatro, cinco contándolo a usted-
-Iván...Max... Lukas...Yankee...-

Enumeró a los alfas del grupo y por suerte Matías no estaba presente en su incidente, eso le dio más tranquilidad. Solo quedaba la duda de que era lo que había ocurrido exactamente con Ian ¿Por qué estaba sangrando?.

Al llegar al hospital Fede fue llevado a una sala de espera a la que sus amigos no tardaron en llegar, finalmente recordó lo que estaban haciendo, estaban grabando unas escondidas en el centro comercial para el canal de Ian.

Minutos antes.

El vídeo había comenzado con normalidad, Fede no quería separarse de Ian pues tenía un mal presentimiento, sentía que algo malo iba pasar pero el omega pudo convencerlo de que todo estaba bien.

-Te lo juro que estoy bien, solo es un juego-
-Bueno pero si te sientes mal llámame a través del lazo y llegaré lo más pronto posible-
-Dale que vas a perder-

Con eso el alfa delta se fue a esconder a regañadientes, caminó entre las personas sin poder evitar percibir un aroma muy familiar, era aroma a petricor. Pensó que se trataba de Max, sin embargo este tenía algo diferente, era territorial, invasivo, le hacía sentir mucha repulsión, era tan incómodo que se giró hacia atrás para descubrir de quién se trataba, Fede no podía creerlo, pensó que estaba alucinando, que tal vez lo estaba confundiendo, pero no, era el mismísimo Matías Sellanes en persona mirándolo desde la lejanía entre una multitud con una escalofriante sonrisa que hablaba por sí sola, como si le dijera "Al fin te encontré". Ninguno de los dos se movió en ese momento, el delta no sabía qué hacer, no sabía si correr, enfrentarlo, ignorarlo, tenía miedo, estaba bloqueado por completo, parecía como si el lobo de Uruguay lo estuviera cazando como a una presa, después de unos segundos que parecieron horas Ian lo llamó a través del lazo, ahí supo que algo andaba mal y por desgracia su intuición volvió a dar en el blanco, por fin pudo apartar la mirada de Matías con la esperanza de que no lo siguiera, corrió a toda velocidad empujando a la gente sintiendo cómo la desesperación le generaba cada vez más ansiedad, el aire comenzó a faltarle, se formó un nudo en su garganta, sentía náuseas, estaba temblando, quería equivocarse con respecto a Ian hasta que finalmente pudo encontrarlo sentado en una banca rodeado de sus amigos quienes mostraban su preocupación.

De Enero A EneroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora