LA NOCHE SUSURRA QUE ME PERTENECES

CAPÍTULO I

— ¡Despierta ya, maldita sea! ¡Mueve el culo de la cama o voy a partirte la puta cara, bastardo! Estoy harto de hacer esta mierda todos los días, no es mi jodida responsabilidad.

El padrastro de Byun Baekhyun tenía la manía de despertar al pequeño todas las mañanas en medio de gritos y golpes.
Los primeros tres años del niño, el hombre fue un verdadero caballero, la figura paterna ideal. Sin embargo, cuando logró meter a la madre de Byun a las drogas y la despojó de todo raciocinio, no lo pensó ni dos veces antes de mostrar su verdadera cara. Así que, después de los tres años, Byun Baekhyun había conocido el infierno en la tierra; su madre pasaba gran parte del día en medio de jeringas o cocaína, aislada de su alrededor, ignorando por completo lo que pasaba con su hijo.
Aunque, la parte verdaderamente cruel empezó a sus cinco años, cuando su "padre" había estado cogiendo el gusto de visitar la habitación del niño para jugar a los "cariños". A Baekhyun no le gustaba eso, ni un poco. Era un juego doloroso, uno que le hacía gritar y derramar lágrimas, uno que le hacía tener los muslos manchados de un carmín intenso hasta por días, porque su madre ni nadie más se percataba de ello.

Con la llegada de sus seis primaveras, el padrastro de Byun decidió enviarlo a iniciar la escuela, de otra forma sería sospechoso mantener al pequeño aislado. Llamar la atención no era algo que él quería. Pero, durante ese año de abusos, el brillo del pequeño Baekhyunie se extinguió; mojaba su cama todas las noches, difícilmente probaba bocado, pasaba horas encerrado en el baño, se escondía del esposo de su madre, tomaba a sus peluches de felpa cada noche y les cubría los ojitos para que no pudieran ver cómo ese cerdo asqueroso se jactaba de profanar su cuerpo hasta hallar placer, aunque fuese a costa de los gritos desgarradores de su hijastro. Esa tortura desató otro infierno en el ámbito educativo de Byun Baekhyun; el abuso sexual, físico y psicológico lo hizo un niño retraído, aislado, carente de retención, descuidado, sucio, vulnerable y dócil.

"¡Byun Baekhyun, Byun Baekhyun! ¡La orina huele mejor que tú! ¡Byun Baekhyun, Byun Baekhyun! ¡El feo eres tú!", esa era una canción que los niños le habían otorgado al chico. Pero con justa razón, pues en segundo grado de primaria todos sabían que el "mariconcito" se iba en orines a la escuela. Y cuando no lo hacía, bueno, los niños de sexto grado se encargaban de llevarlo al baño, específicamente a los inodoros sucios, para meter su rostro ahí. Aunque eso era lo mínimo. En el mejor de sus días solo recibía una paliza por parte de algunos niños en la escuela y, al llegar a casa, otra de su padrastro.

Pegar goma de mascar en su cabello, empujarlo en los pasillos, emboscarlo detrás de los edificios para lapidarlo, poner animales muertos en su mochila y más, fue lo que tuvo que tolerar hasta el sexto grado. Seis años de sufrimiento académico que solo eran el principio y, por supuesto, las violaciones de su padrastro.

Ese último año en la primaria no podría ser peor, al menos hasta la penúltima semana antes de concluir su educación básica; una sobredosis acabó con la vida de su madre. Dos detectives se presentaron en la dirección de la escuela para notificar al niño. Pero con doce años aún no podía hacer nada. Ni siquiera se atrevió a hablar de los abusos que sufría. Obviamente que estaba sentenciando por el bastardo de su padrastro.

A la edad de doce años, la gota que derramó el vaso para formar la personalidad de Baekhyunie, fue el hecho de ver al "esposo" de su madre rebanándola en pedazos, para meterla en bolsas negras, las cuales enterró en el horrible jardín trasero que tenían en casa.

— No tenemos dinero para gastar en esas mierdas de funerales. Esto es mucho más barato. Por lo menos la perra de tu madre estará cerca de ti, no te preocupes.

El chico se quedó ahí, contemplando la escena. Nunca dijo nada, ni siquiera pudo derramar una lágrima. Cuando menos lo esperó, ya estaba cubriendo con tierra el cuerpo de su progenitora en las bolsas.