Fueron al encuentro de Matías al momento, por supuesto. No les importaba que fuese de madrugada, su alfa los necesitaba y ellos fueron a su casa, donde les abrió temblando y oliendo a ansiedad y miedo.
—Mati... —murmuró, yendo a abrazarlo al momento. El alfa lo estrechó en sus brazos como si temiese perderlo, y pronto sintió los brazos de Agustín rodearlos a ambos, oliendo tranquilizador solo para Matías.
—Dinos que pasó, precioso —lo oyó susurrar suavemente, y le encantaba como de cercanos se estaban volviendo ambos alfas.
—Necesito... —murmuró Matías, aún luciendo aterrorizado, y se pegó más a ellos. Quedaba claro que lo que necesitaba eran ellos y era exactamente lo que le darían hasta que el alfa se tranquilizase.
—Está volviendo a pasar... —oyó como susurraba Matías, y tuvo un muy mal presentimiento.
Una vez Matías estuvo más tranquilo, los llevó hasta el sofá de su casa, pero inmediatamente se acurrucó de nuevo con ellos, como si temiese que se los fuesen a quitar.
—¿Qué pasó, Matu? —era su novio alfa de nuevo, y notó como de tranquilizador estaba oliendo para Matías. Su aroma dulce era una bendición en terapia, fue lo primero que le gustó de él cuando lo conoció por segunda vez.
—Recordé, recordé todo —dijo Matías, y las manos de Agustín sobre sus hombros y su respiración calmada parecían estar sacándolo del momento ansioso que había vivido— lo recordé, me lo mostró en sueños...
—¿Quién? —preguntó, temiendo que fuese Esteban Kukuriczka yendo a por sus seres queridos, pero la respuesta de Matías lo sorprendió.
—Francisco Romero —dijo el alfa más joven— me lo enseñó en sueños. Enzo, yo ya estuve en esa mansión, por eso no me gustaba entrar. Investigué un caso cuando estaba empezando en la policía, y no acabó bien.
—¿Qué sucedió? —le preguntó Agustín, deslizando sus manos desde sus hombros hasta tomarlo de la mano y acariciarla. Los toques entre ellos se estaban volviendo realmente amorosos y le encantaba, aunque no era el momento para mencionarlo.
—Él murió ahí dentro, y yo lo vi —dijo Matías, oliendo angustiado— le disparaba a los espejos de la mansión, a algo que yo no podía ver, y una bala rebotó...
—Ay, no... —murmuró, pero el alfa siguió hablando.
—La curvatura de esa bala no era natural, Enzo —le dijo Matías, y sonaba a que iba a entrar de nuevo en pánico, pero el toque de Agustín lo calmó de nuevo— no llegó a tocar ese espejo, no se rompió. Simplemente se detuvo y después volvió hacia él.
—¿Nunca te dijo que era lo que veía? —le preguntó Agustín, y supo que su alfa tenía una idea de lo que había sucedido.
Matías negó con la cabeza.
—No, pero yo sí vi algo en ese espejo, sólo que no lo recordaba. Esteban Kukuriczka casi me mata esa noche, pero Francisco Romero me protegió, y hoy me devolvió mis recuerdos. No entiendo como, pero es así.
Asintió, comprendiendo bien a su alfa más joven. Él mismo se había pasado la vida sin poder explicar la mayoría de las cosas que le pasaban, así que para él tenía mucho sentido, y vio como Agustín asentía también a su lado.
—¿Qué viste esa noche? —le preguntó con tacto, no queriendo volver a alterarlo.
Matías lo miró y vio el miedo en sus ojos al contestarle.
—A mí mismo. De pequeño, en esa misma mansión, en los brazos de Francisco... pero no era nuestro mundo... Sólo lo sé, ese niño era yo, pero no estaba acá... No sé como explicarlo, todo es muy extraño...

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El don [Poliamor] {Universo #1}
RomanceDonde Enzo es un omega y un detective con un don por lo paranormal y Matías es un policía alfa que se enamora de él. Pero las cosas nunca son fáciles cuando se vive entre dos mundos, el terrenal y el del más allá. Omega Enzo Vogrincic x Alfa Matías...