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JungKook supo de su nuevo embarazo antes que cualquiera en el palacio

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JungKook supo de su nuevo embarazo antes que cualquiera en el palacio. Al fin y al cabo, luego de cinco embarazos, ya era capaz de darse cuenta sin ningún problema de los síntomas antes de tiempo.

Lo primero que hizo, por supuesto, no fue decírselo a TaeHyung. Apenas TaeHyung lo supiera, todos los ojos estarían puestos en él para cuidarlo (y vigilarlo, eso siempre). Cualquier acción que hiciera JungKook después que pudiera atentar contra el niño provocaría la ira del Emperador.

Ese último pensamiento le sacó una sonrisa amarga. Emperador, claro que sí. Dos años atrás, TaeHyung había anexado nuevos territorios a su ya creciente reino, y bajo la aprobación de los grandes señores, coronado Emperador. De la mano de eso, por supuesto, estaba el ascenso también del omega, que no estaba muy interesado en esas cosas políticas y le importaba una mierda cuál fuera su título. Lo único que deseaba era que TaeHyung dejara de jodérselo.

― Emperatriz ― Se volteó hacia la voz que le llamó, sonriendo suavemente al contemplar el rostro tranquilo de su guardia personal y a quién podía considerar su mano derecha, Kim NamJoon ―, ¿me necesita?

― Sí ― JungKook hizo un gesto para despedir a los otros soldados que cuidaban sus puertas y también para echar a un lado a las dos doncellas que le hacían compañía. No tardaron en retirarse, dejándole a solas con el alfa ―, necesito hablar contigo de algo particular.

NamJoon dejó de arrodillarse, sentándose en el taburete frente a él. JungKook había estado pintando la última hora aprovechando el momento a solas en que ninguno de sus hijos le solicitaba o, peor, TaeHyung quería pasar con él.

Probablemente le llamaría esa noche. Llevaba varios días sin solicitarle, cerca de una semana, y el Emperador se aseguraba de que no se olvidara de su compañía. Luego de dieciséis años de matrimonio, podía afirmar que conocía a su alfa muy bien, y mantener el cascarón sin grietas ya no era difícil. Era natural en él, aunque lo que estaba a punto de hacer podía marcar la primera gran abertura en ese equilibrio que mantuvo a duras penas.

Sin embargo, JungKook ya no lo soportaba. No soportaba un poco toda esa mierda.

― Durante los últimos años ―comenzó a decir JungKook, volteando su vista a la pintura que hacía. Desde su cuarto se podían ver las grandes montañas nevadas, con el cielo gris y la mayoría de los árboles sin un poco de follaje. Le pareció una escena muy bonita―, te he considerado no sólo como la persona más cercana a mí, NamJoon, sino también mi amigo. Mi más fiel amigo.

Más que un fiel amigo. Él, a veces, pensaba en lo mucho que pudo haber amado a NamJoon en otras circunstancias, en otra situación. Le ocurría, en varias ocasiones, cuando conversaban a altas horas de la noche, en esos momentos en donde la presencia de TaeHyung se desvanecía en el aire, que sentía cómo su corazón se aceleraba por ese alfa. NamJoon siempre le trataba de esa forma... de esa forma que TaeHyung no hacía. Con NamJoon, él podía permitirse desaparecer ese cascarón que tanto le costaba armar.

cascarón ✧ taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora