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Jimin salió de la oficina de JK con el corazón en llamas.  La traición lo había herido profundamente,  la imagen de Tae y JK juntos,  tan felices,  lo consumía de rabia y dolor.

Su mente,  antes llena de amor por JK,  ahora albergaba un rencor voraz.  Su amor se había transformado en odio,  su deseo de complacer a JK se había convertido en un anhelo de venganza.

Caminó por las calles de Seúl,  sin rumbo,  sus pasos apresurados reflejando la tormenta que se libraba en su interior.

-No lo voy a permitir-,  murmuró,  su voz apenas audible.  -No voy a dejar que me roben a JK.-

Su mente,  en un torbellino de emociones,  comenzó a elaborar un plan.  Un plan que le permitiera recuperar a JK,  un plan que le permitiera hacer pagar a Tae por la felicidad que le había arrebatado.

-Voy a jugar su juego-,  se dijo,  con una sonrisa fría y calculadora.  -Y voy a ganar.-

En ese momento,  Jimin ya no era el amante apasionado,  el hombre que se entregaba a la pasión con un corazón abierto.  Se había convertido en un guerrero herido,  un enemigo implacable que no se detendría ante nada para conseguir lo que quería.

Su mente,  enfocada en la venganza,  comenzó a trazar una estrategia.  No solo se trataba de recuperar a JK,  sino de destruir a Tae,  de arrebatarle la felicidad que él anhelaba.

La traición,  la venganza,  la sed de poder,  se apoderaron de su corazón.  Y Jimin,  con una determinación feroz,  se preparó para librar una batalla que podría poner en peligro su propia alma.



  Y Jimin,  con una determinación feroz,  se preparó para librar una batalla que podría poner en peligro su propia alma

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Taehyung,  con la mente llena de ilusiones y planes para el futuro,  fueron a un restaurante elegante,  con la intención de celebrar la noticia de su paternidad.

Jungkook,  aún conmocionado por la sorpresa,  intento ocultar su malestar con una sonrisa forzada,  pero  la culpa y la desesperación lo carcomían por dentro.

La conversación durante el almuerzo  fue un torbellino de emociones encontradas.  Taehyung,  entusiasmado,  hablaba sin cesar de su deseo de ser padre,  de los nombres que ya estaba barajando,  de la emoción que sentía al imaginarse la llegada de su pequeño.

Jungkook,  en silencio,  escuchaba las palabras de su esposo,  cada frase le recordaba la traición que había cometido,  la mentira que estaba construyendo.

La presencia de Jimin,  con su mirada llena de odio y rencor,  lo perseguía como un fantasma.  Su amante había dejado una marca profunda en su alma,  una marca que prometía no desaparecer fácilmente.

Al final de la comida,  Taehyung,  con una sonrisa radiante, y satisfecho de pasar una linda tarde con su esposo, Jungkook condujo  a casa.  En el camino,  la conversación volvió a girar en torno al bebé,  al futuro que se abría ante ellos.

Jungkook,  con el corazón en un nudo,  se limitó a asentir,  tratando de mantener la compostura.

Al llegar a casa,  Taehyung,  emocionado,  comenzó a planear la decoración del cuarto del bebé,  a buscar ideas para el mobiliario.

Jungkook,  con la mirada perdida,  lo observaba con un vacío inquietante en su interior.

Su mente se llenó de pensamientos negativos.  ¿Cómo podía seguir con esta farsa?  ¿Cómo podía fingir amor cuando su corazón estaba dividido entre dos personas?

La culpa,  el miedo,  la desesperación,  lo consumían.  Sabía que la mentira que había tejido se estaba desmoronando,  y que Jimin,  con su plan de venganza,  estaba dispuesto a desenmascararlo.

La telaraña que había tejido se había convertido en un laberinto sin salida.  Y,  en ese laberinto,  el dolor y la angustia se habían apoderado de él.

Engaño KookV [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora