Capítulo 1

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Tibia

Mi nombre es Jane Marchant, tengo 21 años de edad, soy estudiante de medicina, actualmente vivo en Venezuela y soy seguidora de Cristo.

Por mucho tiempo en el pasado me pasé la vida siendo tibia, viviendo en el punto medio de todo, no siendo fría, ni caliente, ni muy cristiana, ni muy mundana, un día si y un día no y es que desde la niñez perdí toda la estabilidad que un día tuve, mi mamá perdió a mi hermana, mis padres se separaron, tuve que vivir sin ellos en casa de mi bisabuela, tuve problemas con mi papá por hablar mal de mi mamá por haberlo dejado, sufría bullying en la escuela por ser subida de peso, así que digamos que mi vida no era tan agradable, desde la niñez me habían hablado de Dios y creía en Él, pero no era constante, iba a la iglesia por temporadas, ya que no me gustaba ir sola, sobre todo cuando veía a todos ir en un ambiente familiar y ver que yo no tenía eso me hacía sentir un poco mal, luego llegó la secundaria, mi mamá se va del país, mi relación con mi papá empeora y la única brillante idea que encontré para llenar todos mis vacíos fue la dependencia emocional con personas equivocadas, desperdicie toda mi adolescencia buscando que alguien llenara el dolor, pero no pasaba, si tenía una relación me aburría rápido y cambiaba al instante y así se me fueron muchos años de mi vida y lo único que me ayudaba a sobrellevarlo era esa pequeña relación que tenía con Dios, ya que a pesar de estar apartada de Él, nunca deje de creer ni de confiar en su palabra, las veces que iba a la iglesia era en vacaciones, cuando iba a casa de mis abuelos que vivián en otro estado, cuya estadía no era muy agradable para mi, ya que siempre tuvieron preferencia con mi otra prima y por parte de mi abuelo siempre sentí que me hacía desprecio, pero la niña no dejaba de ir por estar pendiente de una relación a distancia que tenía que a final de cuenta casi nunca me dejaban ver, hasta que me harte y no quise seguir, una de mis mejores decisiones cabe acotar, luego comencé a ir a otra iglesia a la cual me llevaban de pequeña y que estaba a solo una cuadra, pero el hermano de la amiga con la que iba me dijo que le gustaba y la reina de la evasión decidió dejar de ir.

Básicamente toda mi vida me la pasé evadiendo los problemas y como ya había mencionado antes, en el punto medio de todo, sufriendo por guardar rencores en mi corazón hacía mi padre y abuelo, que hoy en día ya sané (al menos el de mi papá, todo es un proceso), sintiéndome sola por estar lejos de mi persona favorita y más amada (mi madre), a quién solo podía ver un par de semanas en diciembre y no de todos los años, gastando mi energía en supuestos amores que nunca llegaron a nada y alejada del ser que más necesitaba y de quién lo dio todo por mi (Jesucristo). 

Lo único que al menos hice bien fue ser buena estudiante, tener amistades muy valiosas y a mi perrita que siempre me acompaño en todo momento y a quién perdí recientemente dejando un vacío en mi corazón. 

Apocalipsis 3:16 RVR1960 Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.

De la mano de JesúsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora