Prologo

2 0 0
                                    

Tras haber sido derrotado en el torneo galáctico, Jabu, el caballero de unicornio, regreso a Oran, en Argelia (lugar en donde había entrenado durante cuatro años para ganar su armadura de bronce) y se sometió nuevamente a un duro entrenamiento bajo la tutela de Tayri (su mentor y maestro).

Sin embargo, tras varios días de entrenamiento, Jabu se deprimió al darse cuenta de que todos los ejercicios y pruebas que su mentor le daba las podía sobrepasar muy fácilmente.

"maestro, por favor, debe haber algún otro ejercicio más complicado que pueda hacer" dijo Jabu, frustrado "¡debe haber algo más en lo que pueda mejorar!"

"lo lamento, Jabu, pero esos son todos los ejercicios que conozco. Simplemente no tengo más nada que enseñarte, creo que ya has alcanzado tu limite"

"¡no, este no puede ser mi limite!" exclamo, lleno de frustración "Debo poder mejorar aún más porque, de lo contrario, significa que soy un fracasado. Cuando partí de aquí con la armadura de Unicornio, creí que era el caballero más fuerte, por lo menos entre los de bronce pero, cuando participe en el torneo galáctico y perdí tan fácilmente contra los caballeros de Andrómeda y de Fénix, me di cuenta de que aún tenía mucho por mejorar. Es por eso que decidí volver aquí con usted, para poder volverme más fuerte ¿y me está diciendo que este es todo el potencial al cual puedo aspirar?"

"¡lo lamento, Jabu, pero ya no puedo hacer nada por ti! Como sabrás, yo solo soy un instructor que simplemente se encarga de enseñarle lo básico a los principiantes para que ganen su armadura, ni siquiera soy un caballero como tal"

Al escuchar las palabras de su maestro, Jabu se deprime y se sienta en el suelo.

"¡entonces... se acabó! Por la única razón por la cual quería volverme caballero era para poder ser digno de estar con la señorita Saori, el amor de mi vida, pero ahora que sé que no soy más que un perdedor que lo mejor que ha hecho en su vida fue alcanzar un nivel de fuerza tan miserable como el que tengo ahora, no seré siquiera capaz de volver a verla a los ojos. Mientras hablamos, Seiya y los suyos la están defendiendo a muerte de innumerables amenazas, como verdaderos caballeros que son ¡Y realmente espero que la puedan cuidar de todo mal!"

"y si realmente amas y quieres defenderla ¿Por qué en vez de estar lamentándote y perdiendo el tiempo aquí no vas a su lado para cuidarla, como lo haría un verdadero hombre enamorado?"

"porque solo sería un estorbo, y lo único que podría hacer contra las fuerzas del mal que amenazan a Saori sería dar pena ajena, y no quiero pasar por eso ¡ya suficiente vergüenza he pasado en el torneo!" dice Jabu, mientras recuerda a su amada

Al ver a su alumno tan triste, Tayri sintió compasión por él y quiso animarlo, pero no se le ocurrió ninguna forma de hacerlo hasta que, de repente, recordó algo muy importante.

"¡animo, Jabu, no te des por vencido! Todavía hay una forma para poder volverte más fuerte"

"¿de verdad?" pregunta Jabu, con gran interés "¿Cuál es, maestro?"

"¿alguna vez escuchaste hablar del Udyat?"

"¡no, para nada! ¿Qué es eso?"

"Cuando era niño, mi padre me contaba historias acerca de Ra, el Dios del Sol Egipcio quien, durante un combate a muerte que tuvo con la serpiente Apofis, su más grande enemigo, perdió un ojo, el cual cayo en la tierra de los mortales y se transformó en una piedra llamada Udyat. Según las leyendas, la piedra Udyat le da a quien la porte un cosmos inmenso, incluso superior al de un caballero dorado"

"maestro ¿lo que dice es verdad? ¿Realmente existe una piedra así?"

"bueno, no sabría decírtelo, son solo leyendas, pero visto y considerando que la chica que te gusta está en la mira del Patriarca, y que sus caballeros de bronce no podrán protegerla por siempre, tal vez valga la pena que hagas el intento de ir a buscarla"

"¡si, eso hare!" exclama Jabu, a quien se lo veía más animado "¡iré a buscar esa piedra y, con su poder, derrocare al patriarca, salvare a Saori, y me ganare su corazón en el proceso!"

"¡así es como te quiero ver, Jabu, cabalgando por tus sueños cual unicornio lleno de vida!" exclama Tayri, contento "bien, ahora escúchame con atención: según las leyendas, la piedra de Udyat se encuentra en la mística región de Nun, en lo más profundo de Egipto, la cual está escondida entre las arenas del cruel desierto"

"¿y cómo voy a poder encontrar ese lugar?"

"primero, debes caminar hasta el sur y, una vez que veas la estatua de Ra que apunta hacia el destino, debes seguir tu propia sombra hasta que te topes con la región de Nun. Si hiciste todo bien, llegaras hasta un gigantesco oasis, lleno de vegetación abundantes y de templos abandonados en donde, supuestamente, se encuentra la piedra de Udyat perdida por ahí"

"¿y ahí gente viviendo allí? ¿Son amigables?"

"hasta donde sé, las tierras de Nun están habitadas por antiguos egipcio que no son hostiles pero, por las dudas, te recomendaría que no bajes la guardia una vez que llegues a ese lugar"

Al día siguiente, Jabu agarro su pandora box y se preparó para iniciar su viaje hasta Egipto.

"¡muchas gracias por todo lo que ha hecho por mí, maestro!" dice Jabu, y se pone un poco sentimental "de verdad, le agradezco todo lo que me ha apoyado a lo largo de mi vida"

"¡cuídate mucho, Jabu! Y recuerda: cuando encuentres la piedra, ve directamente con Atena, y no regreses aquí, porque lo mas probable es que yo ya no este"

"¿Cómo que no estará? ¿Acaso planea huir, maestro?" pregunto, preocupado

"Si, planeo esconderme hasta que la situación se calme un poco dentro del santuario, porque el patriarca está mandando a matar a todos aquellos que no están de su parte en el conflicto contra la "falsa Atena" y, aunque yo no sea una figura muy importante en el ejército Ateniense, prefiero prevenir que lamentar"

"no tiene de que preocuparse, maestro ¡Juro, por usted y por mi amada Saori, que no volveré de Egipto hasta haberme hecho con el poder de Udyat, y que usare esa piedra para erradicar a toda la maldad que ha infectado el santuario!" exclama Jabu y, con gran determinación, comienza su viaje hacia las tierras milenarias

"¡adiós, Jabu!" pensó el maestro, mientras veía a su estudiante perderse en el horizonte "el viaje que te espera podría estar lleno de dificultades y de adversidades, pero nunca olvides que no hay que perder la esperanza hasta el último minuto"

Jabu de EgiptoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora