El Rey Oscuro

Prólogo

___Pov John___

Sentía una intensa mezcla de rabia y furia que arrasaban con cada fragmento de autocontrol que yo mantenía en ese momento, mientras recordaba la aún fresca traición de Arlo, una traición horriblemente similar a la hecha por Claire hace un tiempo atrás .

En aquel momento en las Turf wars, me había dejado someter fuertemente por aquellos tortuosos recuerdos sobre lo que Claire me había hecho en un pasado que desearía olvidar, lo cuál nubló mi juicio aquello me  impidío controlar mi habilidad. La que yo permití hacer cuál caos que quisiese, sin tener la voluntad o el deseó de detenerme.

Aunque en otro momento me habría consumido la culpa y el remordimiento por hacer las mismas violentas acciones que en el pasado hacia, no podía negar la euforia que había sentido al observar los ojos derrotados de Arlo.

El sentimiento era embriagador al contemplar cómo aquella mirada desafiante y arrogante se llenaban de vergüenza, al tener pleno conocimiento de que había sido vencido en un tiempo absurdamente corto.

Estos pensamientos, y otros tantos, me provocaban una profunda vergüenza. Era claro para mi ahora lo frágil que era mi autocontrol. No había sido capaz de resistirme a mis bajos instintos e incluso dejé que mi habilidad monstruosa y agresiva se manifestara con total libertad.

Durante todo el camino de regreso a mi departamento, intenté deshacerme de esos repulsivos pensamientos, pero no podía eliminarlos de mi mente. Me parecía insoportable que no consiguiera romper esa cadena de ideas.

A lo largo de todo el trayecto, juraría que mi habilidad se activaba por si misma, aunque para mí perspectiva yo lograba apagarla rápidamente, yo creó que al menos debió haber estado entre 10-20 min. antes que lo notará. Sin embargo, no evitaba que la gente me mirara de forma extraña o asustada.

Por mi inusual actuar ya que en momentos susurraba para mí mismo y aunque ciertamente en un principio no me importaban en lo más mínimo, llegó un punto donde los murmullos eran imposibles de ignorar. Eso solo conseguía incrementar mi ya intensa furia aún así mantuve mi calma por todo mi viaje.

Al estar a escasos metros de llegar a mi casa, la rabia que sentía solo se intensifico al no poder desprenderme  de esas repugnantes ideas. Estaba tan iracundo en ese momento que lancé mi mochila por los aires.

Pero en ese momento escuché una voz que anhelaba oír desde hace tiempo, la de mi única y mejor amiga aquí en Wellstone: Seraphina.

- ¡John! ¿Cuánto tiempo ha pasado? - Ella  dijó con una mezcla de su habitual calma y  con una inesperada alegría, su presencia me revitalizo nuevamente al volver a sentir felicidad.

En ese preciso instante pude sentir como los pensamientos que me habían atormentado todo el trayecto a mi casa se detuvieron brevemente al ver a Sera nuevamente, en un transcurso de tiempo que parecían meses sin su presencia.

- ¡Hey! - Fue lo único que escuche decir a ella en un tono preocupado, mientras se acercaba velozmente para socorrerme al notar mi deplorable estado físico.

Sera estaba sentada en la puerta de mi departamento, esperando a que llegara para que le permitiera entrar. Su presencia solo intensifico mi culpa por lo que había sucedido, o mejor dicho, por lo que yo había hecho.