Cinco años antes: Un día después de la partida de Katsuki.
Izuku podía sentir los nervios a flor de piel, estas venían acompañadas de náuseas y realmente esperaba no terminar vomitando la bonita alfombra de color vino que él y Katsuki le habían regalado a Mitsuki en su cumpleaños hace tres años, no tenía idea de cómo iban a reaccionar los tres adultos frente a él con la noticia, porque sí, hasta a su madre le había pedido que fuera ya que tenía algo para contarles.
Sus amigos por suerte no habían reaccionado mal por la noticia el día anterior, aunque sí estuvieron muy molestos con Katsuki e incluso Eijiro estuvo por pasarle un mensaje para acusarlo de mal alfa y por ende, mal padre; por suerte Izuku lo detuvo a tiempo para evitar el envío de aquel regaño y les explicó que no había tenido oportunidad y menos ganas de contárselo el día anterior puesto que el cenizo le había lanzado la noticia del viaje primero luego de preguntarle por las maletas cerca de la puerta, aun así les pidió que guardaran el secreto por el bien suyo y el del bebé, viendo específicamente a Denki y a Eijiro cuando pidió el favor, sorpresivamente ambos chicos aceptaron sin pensarlo y aquello había sorprendido a más de uno, puesto que nadie esperaba que los más cercanos a Katsuki aceptaran guardar un secreto de ese calibre, aun así Izuku les agradeció por eso.
Ahora, un día después de eso, los nervios de aquella noticia volvían a mantenerlo intranquilo puesto que a quienes tenía al frente eran sus suegros y su madre, y los tres adultos ya estaban preocupados, sobre todo porque el menor no decía nada y además; también parecía un papel transparente por lo blanco que estaba, les preocupaba sinceramente que en cualquier momento fuese a desmayarse o a vomitar, esperaban que ninguna de las dos opciones sucediera realmente.
—Izu ¿Todo bien? ¿Sucedió algo malo? —Cuestionó Mitsuki con suavidad, esperando no espantar aún más al menor.
—Yo... Sí, sí, todo bien, tía —Respondió Izuku, tomando aire de manera honda antes de botarlo suavemente mientras apretaba la taza entre sus manos que contenía chocolate caliente, Masaru se la había entregado minutos atrás antes de acomodarse todos en la sala mediana del primer piso. —Los llamé porque tengo algo que contarles, pero no quiero que Kacchan lo sepa.
Los tres adultos se vieron entre ellos con preocupación antes de ver nuevamente hacia el pecoso y se mantuvieron en silencio mientras cada uno asentía levemente, esperando a que Izuku volviera a hablar, rezando para que no fuese nada malo y tampoco fuese una noticia donde les dijera que él también terminará yéndose del país como lo había hecho Katsuki.
—Estoy esperando un hijo de Kacchan.
Soltó Izuku de una vez sin siquiera ver a ninguno de los tres adultos que estaban realmente sorprendidos por la noticia que el pecoso les había dado, sinceramente no se lo habían esperado y antes de que la taza se rompiera entre las manos de Izuku por los nervios y el aparente silencio de los tres adultos, Inko reaccionó primero y se levantó del sillón donde se había acomodado anteriormente para ir rápidamente con su cachorro, llevando los ojos empañados mientras se acomodaba a su lado para abrazarlo contra su pequeño y regordete cuerpo.
—Oh, mi niño —Murmuró la mujer sabiendo cómo debía estarse sintiendo su pequeño sin su alfa a su lado mientras se encontraba en cinta.
—¿Cuánto tiempo tienes, Izu? —Cuestionó Masaru al ver que a su amiga le había hecho recordar cuando Hisashi la abandonó también hace años cuando estaba esperando al pequeño Izuku.
—Mañana cumplo las cinco semanas —Murmuró Izuku dejándose abrazar por su madre quien lo arrullaba suavemente con sus feromonas, sintiendo su nariz picar y sus ojos aguarse, realmente no quería seguir llorando, pero ni siquiera había podido detenerse desde que supo que su alfa se iría a Canadá.
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El secreto mejor guardado de los héroes [BakuDeku] (Comisión)
Short Story«-Me iré mañana a Canadá por un par de años, Deku.» Bakugō Katsuki había tomado su decisión. Había dejado a Izuku sin importarle su relación y la conexión entre ellos, sólo para cumplir su sueño de ser el héroe número uno a nivel internacional, sin...