Capítulo 2.

90 13 3
                                    

Where you belong – Matt Hansen

Nerea.

Eran las cuatro de la tarde, Demian dormía la siesta, por lo que trataba de limpiar rápido la cocina para poder comenzar a preparar la comida de hoy. Ellis me había dicho que se retrasaría, pero no me gustaba hacerlo esperar. Él trabajaba en una empresa constructora, era Arquitecto. La verdad es que le había ido bien desde que comenzó su vida laboral.

Siempre lo consideré un hombre con suerte. Casi todos sus proyectos se hacían realidad y siempre eran muy bien pagados. Viajaba en algunas ocasiones, pero siempre lograba estar aquí para mí y para nuestro hijo. No se iba por mucho tiempo, casi siempre algunos fines de semana, así que me daba tiempo de extrañarlo.

Ellis y yo nos habíamos conocido en preparatoria; pero no fue hasta que estuvimos en la universidad que realmente existió una relación entre los dos. Él estaba en una facultad diferente, pero mi mejor amiga era su compañera de clase. Una noche tuvimos una cita doble y bueno... el flechazo fue instantáneo.

Mis padres lo adoraban, decían que era un hombre trabajador, dedicado, cariñoso y familiar. Papá no era tan afectuoso como mi madre, pero estaba tranquilo con él. Ellis nunca había sido vicioso y jamás bebía a menos que estuviera conmigo. Antes de habernos convertido en pareja, habíamos sido amigos por meses, es así que no fue difícil enamorarme de él.

Ellis era divertido siempre me hacía reír. Nunca se enojaba y cuando lo hacía su rencor no duraba. Era una persona que le gustaba disfrutar las tardes viendo algún juego de futbol europeo o el tipo de chico al que le gustaba hacer parrilladas en el jardín. Tenía un par de amigos con los que salía de fiesta, pero todos eran hombres hogareños, con hijos y con esposas a las que yo conocía. Ellis me hacía feliz, llenaba mi corazón de alegría en cuanto entraba por la puerta y no había nada en él que realmente no me gustara.

Yo compartía todo con él; mis tristezas, mis alegrías, toda mi vida formaba parte de la de él y no había problema alguno con ello, estaba dispuesta a envejecer con él. Enamorada ciegamente de él desde que tenía 16. Creía que tenía una vida feliz, hasta esta fatídica tarde, en que toda mi idea de que Ellis era el hombre perfecto desapareció con un solo correo electrónico.

Ellis:

"Mi amor, hoy ha sido un día muy cansado y agotador. Me muero de hambre, ya quiero llegar a casa para verte. Te amo"

Sonreí al ver el mensaje en la pantalla de mi teléfono, si tan mal lo había pasado prepararía su comida favorita.

Decidida me puse el mandil alrededor de la cintura, saqué las verduras para preparar una crema de elote, pasta al cilantro y jalapeño con puré y un corte que había guardado para una ocasión especial como esta.

Estaba en medio de ello cuando recibí un mensaje de mi suegra pidiéndome el correo electrónico de mi esposo para poder hacer un trámite de la jubilación de mi suegro. Necesitaban los datos de todos los hijos para poder enviar algunas de las condiciones que se estaban arreglando para ser beneficiarios en caso de fallecimiento. Se lo escribí a detalle y me pidió que esperara a ver si recibía la información.

Dejé la cocina y fui al estudio en el que se encontraba el computador de mi esposo. Abrí su laptop y coloqué la clave. De fondo de pantalla había una fotografía familiar: Ellis sosteniendo a Demian, mientras yo sonreía detrás de ambos, abrazándolos a los dos, habían sido unas vacaciones a Disney.

Cuando inició, abrí su correo electrónico y esperé ver el nombre de la notaría donde estaban haciendo dichos trámites. En cuanto llegó, lo abrí solo para comprobar que la información fuera correcta y después de confirmarla, le llamé a mi suegra para decirle que todo estaba en orden.

El Corazón de NereaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora