Bufé. Subí a la que pronto iba a ser mi habitación, me tire en el piso ya que estaba todo vacío. ¿Qué iba a hacer? Saqué mi celular y abrí el WhatsApp. 237 Mensajes, de 8 conversaciones Distintas.
"Me he enterado que te ibas, te voy a hecha mucho de menos, Roxy."
"Hola nena, quiero desearte mucha suerte en tu nueva vida, te espero aquí. Rita."
"Te voy a extrañar mucho, vuelve por favorrrrr. Susan."
"¿Hola, Warrior? Soy Daisy, quería decirte que te voy a extrañar mucho. Un beso"
"Volveeeeeeeeeeeeeé, mi cuerpo ya no tiene más lagrimas para expulsar, te extrañoo. Kim"
Los demás son otros grupos, uno de mi grado, que ahora mismo saldré, ya que no pertenezco más a ese grupo, y otros grupos que no sé de dónde aparecieron.
Me tiré al piso, mirando al techo, ¿Qué iba a hacer durante toda la tarde?
–Bec–me habla mi padre. –Sí quieres puedes ir a dar una vuelta al vecindario.
–Claro, no tengo nada que hacer.
Mi padre me hizo una mueca de "¿Cómo que no tienes nada que hacer? ¡Hay tres camiones repletos para descargar! Y antes de que me dijera algo, salí rápidamente de mi habitación.
–¿A dónde vas?
–Que te importa, Fred.
Salí de casa, y empecé a ver detalladamente cada casa, cada árbol, cada césped, para no olvidarme después de como tengo que volver a casa.
Miré el cielo mientras seguía caminando, como lo torpe que soy, caí, dándome la nariz contra el suelo.
–¡Que... que... que torpe! –solté rápido, no sabía que insulto decir.
Miré mis manos, y estas estaban cubiertas de sangre, ¡Voy a morir desangrada! ¡Ayuda!
–¡Hey! ¡Hey! –gritaron detrás de mí. Me di vuelta observando como una señora caminaba hacia mí preocupada. –¿Estás bien? –¿En serio me pregunta eso? Estoy muriendo desangrada y me pregunta ¡¿Estás bien?!
Me sentía mareada, odio la sangre, me provoca nauseas.
–Mi padre... –me arrojé sobre la mujer, no le pedí permiso, pero tampoco iba a ensuciarme.
–No te duermas, no te duermas, dime, ¿tienes tu celular contigo?
Asentí, cerrando los ojos, ¡Estaba por desmayarme!
–¡Que mierda, esto tiene patrón! ¡Dime cual es!
–Z.
–¿Z?
–Sí, es una Z.
Y cerré los ojos, me desmayé en los brazos de esa mujer.
.
.
.
Abrí los ojos mareada, tratando de descifrar en donde me encontraba, pero esta no era mi habitación.
Estaba en un hospital. ¿Queeeeeé?
En la habitación no había un ser viviente, no había ruido, solo estaba ese estúpido aparato que hace "pip...pip...pip..." Pero esos aparatos solo se los colocan a los que están muy mal de salud, o los que están en coma...
¿Estoy en coma?
Volví a desmayarme.
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Lo que el viento se llevó
RomanceDicen que el éxito de la vida no se mide por lo que logras, sino por los obstáculos que superas. TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS.