EPÍLOGO

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DISCLAIMER:

Naruto pertenece a Kishimoto y esta historia, "La Propuesta", es una adaptación de la película del mismo nombre, distribuída por Touchstone Pictures, el 1 de junio de 2009, historia escrita por Pete Chiarelli y protagonizada por Sandra Bullock y Ryan Reynolds.

Favor de NO plagiar la historia y si algún día gustas hacer una adaptación, puedes hacerlo siempre cuando me menciones en tu historia.

ACLARACIONES:

(bla) *bla = notas de autora.

bla, bla= flashback, onomatopeyas.

"bla, bla"=POV de personajes.

💍💍💍= cambios de escena/escenario

N/A: Hola a todos queridos lectores, después de años de haber escrito esta historia, les traigo un epílogo, ya que ayer hice unas correcciones y vi que necesitaba un buen descenlace, je, je. Así que sin más preámbulos, les dejo el epílogo.


El sol brillaba con fuerza sobre Konoha. Era una mañana cálida y radiante, perfecta para la ocasión especial que se avecinaba. Un año había pasado desde que Sasuke Uchiha y Sakura Haruno habían sellado su amor con un beso en el altar. Su relación había florecido en un matrimonio lleno de pasión y amor, y ahora tenían una hermosa bebé llamada Sarada. La pequeña heredera de los Uchiha y los Haruno era el centro de la vida de sus padres, quienes estaban más enamorados que nunca. 


Cabe mencionar que Sasuke seguía siendo el jefe de la editorial y ahora Sakura era su segunda al mando. Juntos ahora como un equipo y matrimonio, habían hecho crecer la editorial, cosa que los Sarutobi estaban más que felices por ello. Y hablando de felicidad, el matrimonio Uchiha había decidido pasar una semana con los Haruno, ya que tenían una noticia que darles.

Sakura seguía durmiendo plácidamente, pero en eso empezó a sentir algo cálido y exitante sobre su cuerpo. Cuando abrió los ojos, vio que su amado esposo repartía besos en su cuello, clavícula y en el nacimiento de sus pechos.

—S-Sasuke.

Hmp. Buenos días, dormilona. Vaya que tienes el sueño pesado.

—Es que anoche no me dejaste dormir.

—Oh, vamos, si bien que lo disfrutaste. Gemías mi nombre sin parar.

—¡Sasuke! —decía muy sonrojada la pelirrosa.

—Me encanta que te pongas como recién casada y te sonrojes —seguía besando Sasuke ahora su pecho, estrujándo el izquierdo con su mano y devorando el derecho con su boca.

—N-No, Sa-Sasuke, aaaah —no podía hablar la pelirrosa debido a la exitación que sentía.

—¿Por qué no? —sonreía ladinamente su esposo.

—Porque... porque... 

—¡Buenos días! ¡Aaaaaaaaah! —gritó Mebuki al momento de haber entrado y ver a la pareja demasiado amorosa.

—¡Mamá! —gritó horrorizada Sakura.

—No vi nada, no vi nada —decía la rubia cubriéndose los ojos.

—¡Toca la puerta para la próxima!

—Ay, por favor, como si no te hubiera visto al natural. Soy tu madre.

—Sí, pero no de Sasuke.

—Oh, lo siento hijo, pero igual a ti no te vi nada.

—Pudiéramos seguir hablando ya una vez cambiados, si no es mucha molestia —dijo el azabache avergonzado.

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