00.

248 17 5
                                    

Sin embargo, la bala dirigida a Luis, fue a parar a la pared y se clavó. El tipo que evitó la bala girando lentamente la cabeza sonrió. Miguel agarró con fuerza temblorosa la colt y le advirtió en vano.


No te acerques más.


El tipo dio un paso más como si estuviera presumiendo. Con su rostro brillante, hay una sensación de ridiculez al pregunta qué hacer ahora. Saqué mi teléfono de mi bolsillo y se lo mostré.


—Da un paso más y llamaré a la policía, maldito grasoso.


La mirada de Luis se vuelve hacia la pantalla del teléfono móvil. Estaba la pantalla con el número del 123 apunto de marcar.


¿Funcionó la amenaza? Luis no se acercó más. Solo miró fijamente al nervioso joven. Luego, pronto, se asfixia como si se estuviera riendo de él.


Puedes llamar, adelante. Grasa no ataca Grasa.


Frunció el ceño ante el comentario inesperado. ¿Trataba de manipularlo o la policía también era gente poco basada?


¿Quién sabe que te encontrarías con un "amigo" de internet, Lince? El problema es que nadie se lo creerá, que sad. Eres ingenuo por mandarme tu dirección... De todas formas ya te había sacado el IP. Entonces solo quedamos tu y yo sabiendo este secreto. Tampoco tienes que preocuparte por eso, no me tardaré.


Dos ojos bajo unas gafas oscuras brillaron. Más fuerza entró en la mano que sostenía el colt. Agradecía tanto que su madre tuviera una arma corta de fuego para alguna emergencia.


 Das asco, cuck. Mentiste sobre tu edad, para nada pareces de 17 e irrumpiste en mi casa. Vete de aquí o de verdad voy a disparar y llamar a la policía. 


Bueno, podría ser, papu. Pero, ¿puedes observar la situación? Gracias por preocuparte por mí, pero ¿por qué no empiezas por pensar en tu situación? en chat dijiste muchas cosas sobre tu madre... Yo puedo ayudarte con aquello.


Moví mi dedo sobre el botón de marcar. Los ojos negros brillaron con espíritu de lucha. Todos los sentidos se agudizaron con cada movimiento del hombre. Me olvidé por completo de inhalar y exhalar.


Luis se echó a reír de nuevo. Pero el sentimiento era estrictamente diferente al de hace un rato. Los dedos largos con guantas chasquean. No respondí y retiré mi pie hasta la mitad. Los ojos de los dos se encontraron sin un espacio mas que el vidrio oscuro de sus lentes. Había una tensión que parecía romperse en cualquier momento.


De repente, los gestos de Luis se detienen. Al mismo tiempo, su rostro, que había estado haciendo muecas todo el tiempo, se escureció con frialdad. 


Al momento siguiente, avanzó, ignorando la advertencia de Miguel. Me retiré desesperado, pero la distancia entre los dos disminuyo rápidamente. El teléfono móvil sonó.


—Centro Regulador de Urgencias y Emergencias Médicas, ¿en qué puedo ayudarle? 


୨୧ Contrabajo solo ໑₊˚ ๑꒷ - OneShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora