Anne fue la última en llegar a Neverland. Callada y curiosa, poseía un caracter tranquilo que contrastaba con el ambiente hostil de los niños perdidos. Elegida y protegida por la sombra, tenía una esencia pura que pronto llamó la atención del rey de la isla, tratando en vano de descubrir por su cuenta alguna forma de burlar al ente que la custodiaba día y noche.
Día tras día ambos lo esquivaban de formas inexplicables y cuando creía tener una pista de su paradero se encerraba en un callejón sin salida para luego enojarse consigo mismo.
Una noche, Peter se alejó del campamento para hablar con la sombra. El inusual ser no accedía con facilidad a conversar y nunca explicaba sus acciones, sin embargo, esta vez fue diferente.
Peter debía comunicarse telepáticamente o entender su lenguaje porque era el único que hablaba, pero mantenía la continuidad de una conversación.
- Si la trajiste a la isla es porque es de mi propiedad como las demás. Tú estás bajo mis órdenes, no voy a consentir en que la protejas.
Guardó silencio durante cortos segundos. La sombra tenía unos ojos centelleantes que no lo perdían de vista, atentos a cada movimiento.
- Pude sentirlo cuando la vi, es por eso que no ha sido encerrada como las otras, debo mantener ese corazón tan puro como pueda.
Nuevamente hubo una pausa, la sombra se agitaba con violencia en al aire.
- No hay magia más poderosa que la mía en Neverland y no hay maldición, ni bendición, que yo no pueda romper. No me hacen falta tus advertencias.
El ser sobrenatural desapareció súbitamente y Peter regresó al campamento. Ahí estaba la niña, sentada lejos del fuego, comiendo su cena con lentitud mientras observaba a su alrededor. Por esa noche Peter no la molestó.
A la mañana siguiente, Anne despertó por el sonido de golpes en la puerta de la cabaña donde dormía.
- Pan quiere verte en el bosque - fue el saludo que recibió de Félix y antes de poder responderle lo vio irse.
Caminó a través del campamento y se internó en el bosque. Llevaba un rato caminando cuando sintió un toque en su hombro, al darse la vuelta encontró al lider de los niños perdidos.
- ¿Cómo supiste dónde estaba? - preguntó sobresaltada.
- No te asustes, no voy a hacerte daño, Anne. Te explicaré para que te tranquilices, llevo tanto tiempo aquí en la isla que es parte mi y yo de ella.
- ¿Eso significa que no puedes irte?
- No tengo idea, nunca lo intenté, ¿quién podría querer salir de aquí? - la niña lo pensó y estuvo de acuerdo con él. - Ahora que la sombra te trajo podrás quedarte con nosotros para siempre.
- Yo no pedí venir.
- ¿Deseas irte? - Peter se preparó para usar la fuerza de su magia con ella, pero su respuesta no le permitió hacerle nada.
- No, tal vez sonó así, pero quería decir que no lo tenía planeado. Estar aquí es increíble , un sueño hecho realidad, pero yo tenía una vida y todo cambió para mi tan inesperadamente que me parece que aún no he salido de la sopresa.
- Dime si quieres volver, no permitiré que te quedes un segundo más en contra de tu voluntad.
- No cambiaría nada si pudiera. La sombra me tomó en sus brazos cuando yo dormía tan delicadamente que cuando soñaba que volaba no fui capaz de creer que de verdad estaba pasando, incluso cuando desperté a mitad del viaje sintiendo el aire helado contra mis mejillas y el rumor de las libélulas de la laguna contigua a mi antiguo hogar, estaba segura de que era mi imaginación jugando conmigo. Pareces asustado Peter - tocó su frente con los dedos y le sonrió - ¿Estás bien?