Francisco Romero, un chico normal de 24, trabajaba en una cafetería mientras terminaba sus estudios. Era un día de trabajo normal, hasta que llegó ese tipo, algo desarreglado, con arruños en su cara y alguna quemadura que ya estaban de algunos días, sin problema Fran lo fue a atender pero se sintió algo incómodo cuando el hombre solo se le quedó mirando
—que se le ofrece? —pregunto por segunda vez Fran.
—ah, si, perdón—el hombre vio la carta— un café mediano con medialunas
—fran no le hizo falta anotar, era el combo más pedido—en un rato se lo traigo
Después de un rato Francisco le llevo su pedido al hombre, este le agradeció, después de unos 15 minutos vio como el hombre saco una computadora, lo raro, en vez de tener una manzanita tenía una pera
—sera trucha? Bue—dijo bajo mientras limpiaba la barra
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Pasaron los días y ese hombre venía todos los días en su horario, hasta que lo cambiaron de horario por vacaciones a la mañana y si dejo de verlo, pensó que al hombre solo le gustaba ir en la tarde hasta que en el cambio de turno su compañero lo llamo antes de irse
—si, que paso Agus?
—un señor pregunto por vos
Lain dijo eso mientras se ponía su delantal, Francisco lo miro con una cara de "Bro" ya que para lain (un chico de 18) todos eran señores
—un señor? Cómo era?
—alto, medio rubio, con barba y bigote emm
—bien, la descripción de una persona completamente normal
—tenia la cara lastimada! Y las manos también
Hay Francisco cayó de quién hablaba y ahora le prestó atención a Lain
—y qué te dijo?
—me pregunto si ya no trabajabas acá, ya que no te veía hace mucho, no le respondí por las dudas, le dije que lo sabía
—ya veo..bueno, gracias por decirme
—pero, lo conocías?
—si, es un cliente frecuente desde hace algunos días siempre lo atendía yo, debió ser por eso
—si, bueno tengo que ir a atender, chau Fran, buen fin de semana
—gracias, chau Agus
Fran se fue con varias preguntas en la cabeza pero todo eso se esfumo cuando sintió que alguien lo veía y después que lo seguían, aceleró su paso pasando por la plaza, no era buen momento para que le robaran, cruzo de calle mientras aceleraba el paso, escucho como corrían atrás de él y después tocaban su hombro, Francisco no pensó dos veces se dio vuelta y noqueó a quien fuera quien lo seguía, escucho el ruido de la caida seca para después ver a quien golpeó
