TOC TOC
El golpe de la puerta le sacó de sus reflexiones y experimentos. Frunció el ceño ya que debería haber un cartel rojo sobre su puerta. Un cartel que indica que no debe ser molestado.
Abrió la puerta y había un dragón en su forma humana. "Saludos, majestad." Dijo y le entregó una carta.
Si el cartero tocó la puerta a pesar de ver el cartel rojo, significa que el mensaje es muy importante. Y muy importante generalmente significaba problemático. Y problemático generalmente significaba mucho trabajo y nada de tiempo para estudiar los misterios de la magia.
Miró la carta cuyo destinatario era el rey Magius Magiland y le sonrió al cartero. "Me temo que se ha confundido de per-".
"Revise su D.M.I por favor, su majestad." El cartero no le dejó terminar su frase.
Él recordaba, vagamente, la existencia de una ley que exige que todos los destinatarios de una carta presenten su documento mágico de identidad, o DMI, al cartero antes de rechazar la entrega de una carta.
Aparentemente, algunos tontos olvidan su nombre debido a sus estudios en magia. ¡Qué idiotas! Un verdadero archimago nunca comete errores.
Él sacó su identificación, una elegante lámina de madera mágicamente encantada para ser casi indestructible. Tan dura que los escudos de los caballeros mágicos son del mismo material.
Su cara se volvió de piedra al leer la información en su identificación.
Nombre: Magius Merlinand von Magiland. Títulos: "Rey de la magia"
Raza: Humano. Rango: Túnica Azul.
Ocupación: Rey de Magiland. Inicio de actividad: **** Fin de actividad: ****
Fecha de emisión: **** Fecha de vencimiento: ****
Solo entonces recordó que, efectivamente, él era el rey de Magiland. En su juventud participó del Torneo Royal cuyo ganador obtendría el grandilocuente título "Rey de la Magia".
En la letra chiquita del contrato decía que el ganador también se convertiría en el siguiente rey del país y debía encargarse de administrarlo. Esa era la razón por la que solo los jóvenes magos participan del torneo.
Un archimago nunca incumple un contrato o rompe una promesa. Por lo que se convirtió en el rey del país y dedicó sus esfuerzos a optimizarlo todo. Al punto que, al día de hoy, apenas fue necesaria su presencia.
"¿Qué fecha es hoy?" Preguntó al cartero como si nada hubiera pasado y nunca hubiera olvidado su propio nombre.
Un archimago nunca admite un error.
El joven dragón sonrió con diversión. "Es el ** del ***."
Magius asumió que este tipo de situaciones eran bastante normales por lo que el jovén dragón parecía más divertido que sorprendido.
Resignado a su tedioso destino se puso a guardar sus notas y elementos del laboratorio. Buscó por todo el lugar la túnica roja y la corona que, según la carta, debería estar en algún estante del baño.
Se vistió con le porte digno de un rey y se esforzó por recordar las aburridas clases sobre política, liderazgo y etiqueta a las que fue sometido por su madre adoptiva, la antigua reina.
Se preguntó ociosamente si esa vieja aún estaba perfeccionando su hechizo "látigo placentero".
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No subestimen al país de la magia
Fantasy[HISTORIA ORIGINAL] [FINALIZADO] Un cartero irrumpe en el laboratorio de Magius. Solo entonces recuerda que estuvo tanto tiempo encerrado estudiando que olvidó hasta su nombre. Una gran sorpresa le vino al descubrir que su trabajo es: Rey de Magila...