Para sorpresa de Buck cuando se presentó en la estación su capitán le dijo que podía volver una vez que estuviera libre de coágulos, pero hasta entonces no lo quería ver cerca. Lo que dolió.
—Bobby, mira sé que lo que hice no te gustó para nada, pero la verdad es que-
—No quiero oírlo Evan. –Buck jamás lo había escuchado llamarlo por su nombre, así que se quedó en silencio totalmente. —Puedes volver, siempre y cuando tus estudios demuestren que estás bien, pero mientras mantente alejado porque no deseo tener que ver el rostro de la persona que demandó a la estación y a sus compañeros.
—No pensé bien las cosas antes de hacerlas.
—Jamás lo haces.
—Lo siento.
Aquellas palabras dejaron sembrado en su interior una sensación de algo más que solo tristeza, y hacía mucho tiempo que Evan Buckley no tenía esa sensación. A lo largo de su vida, Buck se había sentido demasiado imperfecto para su padre, quien solo seguía pensando en su hijo mayor, aguardando sus palabras de aliento para uno que ya ni siquiera estaba vivo, mientras que Buck solo era... ¿quién había sido Evan Buckley para sus padres?
Su consciencia no paraba de gritarle que no podría ser nunca el hijo deseado de sus padres, mucho menos el hermano confiable para Maddie, quien le abandonó años atrás sin siquiera dejarle intentar.. salvarla del infierno que vivía.
Buck no era el hijo perfecto que su padre anhelaba.
Buck tampoco había sido el hermano que salvará a Maddie y la hiciera sentir protegida.
Buck no fue lo suficientemente bueno para que más que un novio de tres semanas.
Buck no pensaba bien las cosas antes de hacerlas.
Buck demandó a su estación, a su capitán y amigos. La única familia que había tenido hasta ahora.
Evan Buckley era simplemente un idiota, quien decepcionó a todos aquellos en los que depositó su confianza y quienes le habían dado un lugar.
Y ahora, Evan Buckley no era nadie para ellos.
Evan Buckley nuevamente había fallado en ser suficientemente útil y bueno.
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Buscando a Buck
Short Story¿Cómo habría sido si Evan Buckley se hubiera perdido a sí mismo..? . . . . .