Era inicio de mayo cuando su estancia en el centro de rehabilitación terminó. Precisamente en el día de su cumpleaños número veintiséis, era como si el universo hubiera planeado esa coincidencia quería creer que ese día nacería una nueva versión de si misma, haría todo lo posible porque así fuera.Esa mañana había tenido su última sesión de terapia y la conclusión habia sido una contundente, tenía miedo de enfrentar la realidad que la esperaba afuera.
Ojalá pudiera tomar a Marlon en brazos y escapar de la vergüenza que sentía . Allá afuera todos la verían como la fracasada drogadicta que no dejaba de darle preocupaciones a su hermana.
Si tan solo pudiera mostrarles que ésta vez las cosas serían diferentes, que realmente deseaba cambiar...
Si pudiera pedir un deseo de cumpleaños sería que dios le diese la fuerza de voluntad suficiente para nunca más volver a caer en la tentación de las drogas, tenía miedo de que de probarlas nuevamente ya no pudiera escapar de ellas.
Pero su peor miedo era que al ser presa de ese veneno pudiese lastimar a su hijo, eso sería algo con lo que no podría vivir. Estaba mal que lo pensara y nunca lo reconocería en voz alta pero, ese niño era la única razón por la que seguía con vida. A él no podía fallarle nuevamente, Marlon no merecía la madre que había tenido hasta ese momento. Debía ser otro tipo de mujer, no había opción para nada más. Se iba a dejar la piel en el proceso.
- Espero que nos sigamos viendo al menos una vez a la semana. ¿Ya agendaste mi número y la dirección de mi consultorio privado?- Hilda la psicóloga la veía con sus ojos verdes adornados por pequeñas arrugas a los costados y con una sonrisa serena, esa mujer transmitía pura paz , parecía que no tenía problema alguno en su vida , era imposible no envidiarla.
- Fue lo primero que hice en cuánto me lo entregaron...-
- ¿Quien vendrá a recogerte?-
Marina lo pensó unos segundos, antes de entrar había sido acompañada por un grupo de chicas que lograron conmover su frío corazón. Más no debía engañarse, ellas eran amigas de su hermana , Valentina se había ganado a pulso esa amistad. No eran sus amigas, no debía confundirse.
- Supongo que Valentina...-
- ¿Y que hay de Marlon, el no vendrá?-
- Espero que no, le prohibí a Val traerlo aquí. Suficiente culpa siento por haberlo abandonado un mes. No quiero que el me vea en este lugar...-
- No debes sentir vergüenza...- le dijo la mujer con voz compasiva.- Tomaste la decisión de salir adelante, fuiste valiente. No todos los adictos logran rehabilitarse...-
- Yo aún no estoy rehabilitada, todavía no me siento ... libre de esto. -
- Es un proceso, no lo olvides. Así que espero verte en mi grupo de ayuda. Siempre serás bienvenida y mi teléfono estará disponible en cualquier horario.-
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Miénteme, Marina.
RomanceTenía veintiséis años y se suponía que estaba en la flor de su juventud. Sin embargo estaba tan cansada de la vida . Solo la existencia de su bebé era lo que la mantenía unida a la vida. Él era su motivo para existir. Las personas que la rodeaban s...