Capitulo 3: Eres mi amigo

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Llevamos días recorriendo este desierto buscando una salida, ese portal nos arrastro hasta aquí, sin embargo en los últimos momentos de la pelea contra DIOsdado escuché a mi padre decir algo e inmediatamente sus brazos se estiraron atrapando a la pierna de nuestro enemigo y trayendolo con nosotros. El hizo bastante resistencia, pero terminó cediendo y cayendo con nosotros.

En algún punto llegamos a un pequeño oasis, tenía un pozo de agua, unas matas de coco y mango y rocas enormes con dibujos grabados. Quizás esa sea la firma del dueño de este lugar, aunque con lo lejano de la civilización que se encuentra no creo que le pertenezca a alguien.

Terminé perdiendo la noción del tiempo, pero mi Padre dice que caminamos 3 días antes de llegar al oasis. Ese día nos bañamos, descansamos y nos hartamos de agua hasta más no poder. Esto me hizo recordar a mis días de niñez cuando salía del colegio y me iba a tumbar mangos antes de llegar a casa con la abuela, ella siempre me decia que me viniera directo para el ranchito pero como la desobedecía me terminaba pegando y se molestaba conmigo, pero yo le daba uno o 2 manguitos y se le pasaba

Antes de que cayera la noche logramos hacer una fogata usando madera de la mata de mango y una botella de vidrio rota para reflejar la luz del sol. A propósito, ese solazo era horrible, se parecía al de San Juan de los Morros en verano.

Aprovechando que por fin teníamos un momento de paz trate de usar el corazón del pueblo.

—Está roto, no va a funcionar. —Dijo mi padre mientras amarraba un poco más la cuerda de DIOsdado.

Ciertamente el corazón del pueblo se rompió cuando llegamos a este mundo, lo tenía en mi bolsillo y caí sobre el por accidente.

A DIOsdado lo estuvimos arrastrando estos días esperando a que despertara para que abriera otro portal y nos devolviera a Venezuela, sin embargo no teníamos certeza de que lo hiciera. Quiero hablar con el para saber que fue lo que lo cambió, igual con Nicolás. ¿Que es Nicolás exactamente?. Todo esto es mucha información que me cuesta procesar.

—Me gustaría seguir intentando pa' ver si prende, creo que no perdemos nada intentándolo. —Le respondí a mi padre— Por cierto, ¿Que es lo que esto hace?

—El corazón del pueblo puede convertirte en muchas cosas, solo tienes que imaginarlo se hara realidad.

—Ya veo, ¿Puede que este sea el responsable de que nos veamos más jóvenes?

No lo mencione antes pero desde que llegamos a este mundo la apariencia de los 3 cambio completamente, nos veíamos más jóvenes, parecíamos unos veinteañeros. Cuando llegamos al oasis y vi mi reflejo en el agua pude comprobarlo, me veía igual que en mis años mozos cuando apenas me estaba alistando al ejército y quería ser beisbolista.

—¡Correcto!.

Mientras nos comíamos un par de mangos vimos como DIOsdado despertaba y trataba de liberarse de las cuerdas. Ambos le dijimos que era imposible, inmediatamente mi padre pelo un mango y se lo puso en la boca y le dijo que era para que comiera algo. Internamente me reí porque sabía que lo hacía a modo de venganza por lo que nos hizo.

La rabia que tenia hacia el cuando llegué aquí fue mermando, admito que al principio pensé en mil y una forma de vengarme. Desde darle la paliza de su vida hasta mandarle su caja del clap full de carotas y leche pero quitándole la bombona de gas. Sin embargo la venganza no trae nada bueno, solo crea un ciclo de odio sin fin.

Me levanté y camina hacia el, muchas dudas y creía que me las aclarara. Me miró con cara angustia cuando vio que me acercaba pero enseguida puso una mirada seria e impenetrable.

—En nombre de nuestra amistad, ¿Serías tan amable de decirme que te está pasando?, sé que tú no eres así el día de mi muerte a pesar de tus palabras pude ver dolor en tus ojos.

Chávez Shipuden Donde viven las historias. Descúbrelo ahora