Recuerdos lll

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Mikeiel Johnson tres años atrás.

Mamá entró a mi habitación con una expresión que sabía no traería nada bueno, cuando me dijo lo de nana algo en mi se rompió, pero no deje que nadie lo viera.

Nana era una de las personas que podía leer a través de mí, y siempre lo agradecí porque con nana no hacían falta las palabras.

Han pasado quizá horas, aunque no tengo idea muy bien de la noción del tiempo.

_ Keile, yo y tu padre nos iremos al funeral, Darían y tus tíos ya están allá? ¿Quieres que te esperamos?

_ No vayan ustedes, no sé si quiero ir.

_ Bien es tu decisión, pero ¿sabes que a Darían le harás falta verdad?

Darí ella me necesita, pero, no creo estar preparado para enfrentarla.

_ No creo hacerle falta, sinceramente.

_ Mikeiel/

_ Iré al rato mamá, ahora no estoy bien para nadie.

No sé cuánto lloré, yo siempre fui la excepción de que los hombres no lloran, al menos con mi madre, y a veces con Darí.

Pero no he hablado con ella en semanas, quizá meses, no estoy lista para enfrentarla. Y no estoy listo para verla rota, para que ella me vea roto y tampoco para enfrentar la realidad. La realidad de que ahora nana no está, y de que Darí y yo ya no somos tan unidos como lo éramos antes.

Y que sigo sin tener la más mínima idea de porqué me alejé de su lado.

Probablemente parezca un cobarde, muy probablemente lo parezca frente a todos, a mis padres, a mis tíos, a Darí. Pero prefiero eso, a que ellaA que ella me vea destruido.

Me quedé dormido y cuando desperté ya eran las diez de la noche así que tomé un taxi hacia la casa de nana Rose. Me detuve a pensar en todo el camino, que quizá Darían creyó que no llegaría ¿eso le habrá afectado?

Ella siempre ha sido muy seria respecto a lo que siente, pocas veces llora. Pero conmigo siempre fue diferente, no le importaba decir lo que sentía o llorar.

Efectivamente llegué tarde, no me atreví a ver el cuerpo de nana simplemente no pude hacerlo, no quería ver su cuerpo sin vida, aunque lo acepto no quiero que su imagen de ella muerta sea lo único que recuerdo. Así que después de darle el pésame a su hija Fiorella, busque a Darí que está dormida mientras abraza sus propias piernas, se nota que ha llorado, pero sé que probablemente se ocultó de todo el mundo para hacerlo.

Le acarició el rostro y de él quitó unos mechones de pelo, la cargó entre mis brazos y ella está tan dormida que creo ni siquiera nota que la estoy cargando.

La llevó a una de las habitaciones de la casa y la recuesto, le quitó los zapatos y la cubro con una manta.

Tomó su mano y lloró un poco más, me quedé con ella toda la noche, y me fui antes de que despertara.

No fui a su entierro al día siguiente, no pude hacerlo, caminé a la cafetería porque era el único lugar en el que quería estar, al llegar me senté frente a la puerta.

_ Sabes algo nana. No puedo asimilar que no estés, cada vez que venía a verte siempre quería quedarme más tiempo, pero nunca lo hacía, extrañaba nuestras pláticas, ahora creo que las extrañare más.

Mire él cielo, estaba lloviendo, pero extrañamente su color era un azul claro, el particular canto de los pájaros ese día tenía un toque nostálgico.

_ Lo siento mucho, por no haber venido a por una última plática.

Fragmentos de lo Fuimos... (Terminada corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora