El infierno.

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Prologo


El amor es tan doloroso, el que tengas que olvidar a alguien que amaste con locura es horrible.

Desde un inicio supe que me iría mal en el amor, claro desde mi primera relación donde surgió engaños y mentiras ya nada era igual con mi ex novio, el día que mis padres se enteraron de ello nunca me dejaron volver a verlo, aunque en su momento admito tener un poco de culpa en esa relación, no digo que soy santa ya que eh cometido pecados que me harán arder en el infierno por toda la eternidad

así fue como prácticamente me mude al infierno...California, es donde casi toda mi familia vive y para no estar solos los 3, mi madre, padre y yo nos mudamos ahí, apenas tenemos 2 días y muchas cosas me parecen inquietante, mirando por la ventana de la sala de estar en dirección a la calle veo que el camión de mudanza llega con más cosas para la casa, admito que me estresa mudarme de casa, ya que tengo que mover muchas cosas e incluso tirar...miro como mi madre recibe a los cargadores entrando con mi cama, genial ahora no tengo porque dormir en el suelo de la sala!

rápidamente corro a la entrada para ayudar con las cajas, intentando no verme como una perezosa aunque también lo hago para que mis cosas personales no sean rotas o robadas, al salir de la puerta veo una caja que decía porcelana, recuerdo bien lo que viene ahí, 2 bailarinas hermosas con tutús preciosos, representando "el lago de los cisnes" la obra favorita de mi madre. Con mucho cuidado levanto con mis 2 manos firmemente la caja para no causar un accidente al tener la caja presiento algo haciéndome levantar la mirada, veo a lo lejos justo en la casa de enfrente un carro negro llegar con música fuerte, si mal no recuerdo la canción se llama babydoll de ari abdul por supuesto que me se como se llama, ya que esta en mi lista de spotify.

-al menos tiene un gusto a favor- suelto una carcajada al pensar que es el chico que intenta impresionar para tenerlas en su cama.

en eso siento una mano sobre mi hombro derecho haciéndome brincar del susto, mis manos se abren dejando caer la caja llena de porcelana, escucho como se rompe cada figura que había dentro de ella...rápidamente mi madre me agarra por la cadera haciéndome un lado para evitar que me cayera todo en mis pies. -estela, ten cuidado por el amor de dios- exclama mi madre un poco furiosa y preocupada, al verla veo como me revisa de pies a cabeza para ver si me encuentro bien, 

-lo siento mamá, es que me asuste todo fue rápido, perdóname destroce tu porcelana- mi rostro reflejo una gran pena, pero escucho unas risas a lo lejos, hace levantar mi mirada hacia la casa vecina, es un chico recargado en el mismo auto negro, un chico alto, delgado y moreno claro, con pelo negro medio largo y barba un poco notable junto unas cejas pobladas...era el chico que haría mojar a cualquier chica con ese rostro fino y esa nariz muy definida.

Veo como en su rostro marca una sonrisa burlona por lo que sucedió, mis mejillas se tornan rojas ante su burla. Un poco enojada me meto a la casa dejándolo solo al igual que a mi madre con la porcelana rota frente a la casa, rápidamente me dirijo hacia arriba que seria mi habitación que queda justo frente a la casa del vecino de enfrente, llegando a mi habitación miro tantas cajas en el piso y mi cama a medio armar. suspiro enojada...

-pff, es por esto que odio las mudanzas- digo entre dientes mientras entro a la habitación. -entonces apresúrate hija que se hará noche y tenemos que cenar aun- la voz de mi padre retumbó por la habitación casi vacía haciéndome voltear y correr a él para abrazarlo, yo soy muy unida con mi padre ya que mi madre casi no tenía tiempo para mi ya que ella era periodista, hasta que se dio cuenta que dedicaba tanto tiempo a su trabajo que se olvido que tenia hija, haciendo renunciar a su trabajo y dedicarme tiempo a partir de los 16.

Tan cerca pero tan lejos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora