Hace tanto, pero tanto tiempo que el mundo continua con ese ciclo infinito de vida-muerte, destrucción-contrucción y viceversa.
Pocos pueden ser testigos de cada uno de estos sucesos, incluso aquel considerado el más longevo no ha sido testigo ni se conoce testimonio del inicio, del comienzo de todo, por lo tanto, no existe manera de burlar dicho ciclo.
Si nadie ni nada sabe cómo es que se llego a este momento de una historia sin principio ni fin, cómo sabemos que formamos parte de dicho ciclo sin fin, porque para todo aquel participe si existen, en su fugaz protagonismo, el principio y final de su ser. Más nada.