Capitulo 1

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La voz en mi cabeza se vuelve mas fuerte cada vez, el frío en mi no cesa y de nuevo sola en casa. Los ruidos en la parte de arriba no paran, estoy apunto de explotar, ya no me asustan pero si me fastidian. Llegue aquí hace dos semanas, y mis padres siguen sin escuchar nada, por algún motivo solo yo lo escucho. Quisiera ver lo que escucho, ver de quien proviene esa voz. 

Es verano, 7:30 de la noche, exactamente cuando el sol cae y deja ver a una luna brillando frente a mi. Estoy en mi habitación frente al espejo con la una toalla envuelta en mi cuerpo y otra enrollada en mi cabeza. 

-Hola.-La voz, esa voz de nuevo. No me dejara en paz. Veo una silueta en un rincón y volteo a ver si en realidad hay algo ahí. Efectivamente hay un chico con una sonrisa ancha. 

Mi miedo se elevo hasta el cielo, iba a gritar pero no pude, sentí una mano en mi boca y de un momento el chico no estaba en la esquina de antes, si no que estaba atrás de mi, sosteniéndome de la cintura y cubriendo mi boca.

-Shhh... no grites, no te haré daño, solo quiero tu ayuda. 

-Suéltame- mi voz sonó pero no se entendió lo que dije pues tenía una mano sobre mi boca, ¿Los fantasmas pueden tocar a personas? ¿No se supone que atraviesan las cosas? 

-No hasta que prometas ayudarme. ¿Lo harás?-Asentí, tal vez me dejaría en paz si lo hacia, ademas quería que me soltara.-Bien.- Me soltó y yo me aleje de el lo mas rápido que pude y me acerque a la puerta, pero desde donde estaba el la cerró dejándome boquiabierta.-Dijiste que me ayudarías. 

-Bien, pero no te acerques-le advertí. 

-¿Me tienes miedo? 

-Eres un fantasma, así que si. 

-No me temas, solo quiero que me ayudes, por siglos las personas me han temido, no necesito otra persona mas huyendo de mí.-Vaya pobre chico. 

-Lo siento, dime en que te puedo ayudar. 

-Necesito hacer algo bueno en la vida de alguien para poder entrar al cielo, algo que reemplace mi falta. 

-¿Falta? ¿Que falta? 

-Mi suicidio. - estaba a punto de preguntar por que lo hizo, pero me entro una nueva curiosidad, ¿Por que aun estaba en toalla. 

-Bien, ahora vengo, espérame aquí. 

Tome la ropa de dormir y me metí al baño para cambiarme. Salí y mi vista se dirigió hacia donde estaba el chico el cual tenía que preguntar su nombre, pero no se encontraba. 

-Buuu- escuche detrás mío y me sobresalte.-Te ves linda cuando te asustas. 

-¿Sabes? la mayoría de los chicos dirían que me veo bien cuando sonrió no cuando me asusto. 

-La diferencia es que ellos están vivos y no saben lo bien que se siente asustar a las personas. Aparte le doy un toque personal al coqueteo. 

-¿Me estabas coqueteando? ¿Lo has hecho alguna vez? ¿Alguien ha caído?

-Muchas preguntas, ¿Por que mejor no me besas? 

-Por que no eres mi "Tipo" 

-Entonces ¿quien es tu tipo? 

-Los chicos de carne y hueso.- No debí decir eso pues se enfado, la expresión de su cara me lo dijo. 

-Pero ellos no te besarían así.

Me tomo de la cintura y tiro de mi, nuestros labios estaban a solo un milímetro de conectarse, cuando...

-Deberías ponerte a ayudarme, en vez de coquetear conmigo-Me soltó. 

-Pero si tu empezaste. Ademas ¿que quieres que haga yo? Tu eres el que tiene que hacer algo bueno en la vida de alguien mas, no yo. 

-Tu eres a la que voy a aportar algo bueno a su vida. 

-Según tu, ¿que harás? 

-¡De todo! tu vida es mas que patética, aparte de que tus papas no tienen tiempo para ti, no tienes amigos, y nunca haz tenido novio.

-¡Claro que no! 

-¿Estas segura? 

El era muy malo, yo de verdad traté de ayudarle y lo que me dice es que soy una antisocial. No es justo. 

-Como sea.- dije preparando las cobijas en mi cama para acostarme. 

-Que tengas buenas noches-me dijo con una sonrisa-Por cierto, Mi nombre es Pierre Hunter. 


[...]

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