Cap4: Hambre

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Las pizcas de nieve caían de forma lenta del cielo en señal de que faltaba pocos días para las vacaciones de invierno.

Con dos meses como amantes shoto ya no podía conformarse mas con mordidas, quería mas, aunque la dulce sangre era exquisita no podía controlar ese deseo de devorar y masticar la carne cruda de sus amantes, arrancándoles la piel y escuchar como la carne se separaba del hueso.

Ya había hecho eso meses atrás con su vieja compañera de Uraraka y también con esa chica pelirosada, sin embargo se preguntaba, mas de una vez cuando tenia a ese pequeño dormido entre la sangre y otros fluidos, se preguntaba mas de un millón de veces porque no podía tener el valor o la fuerza necesaria para matarlo y por fin comerlo, terminar de saciar su apetito voraz.

No podía, simplemente no podía, se había.. enamorado de su comida, estuvo jugando demasiado con ella que le termino gustando.

Estocen tenia que saciar su hambre de otra forma.

Pero shoto no era el único que no podía saciar por completo su hambre, la idea de morder y devorar por completo la carne de su amante también pasaba por la cabeza del pecoso, era un pensamiento enfermo, simplemente enfermo, pero izuku ya no podía controlar esas fantasías, con el simple hecho de ver su sangre derramada ya tenia el deseo de comerlo, con el simple hecho de ver su propia sangre escurriendo de su propio cuerpo, ya tenia la necesidad que comerse a si mismo.

Tenia miedo, necesitaba ayuda, pero sabia que si hablaba lo llevarían lejos, muy lejos.

- ¿Estas bien? .. ¿Estas muy callado? - pregunto el mas alto terminando de quitarle los órganos a un par de aves por su experimento de anatomía.

- S-si ... estoy.. - El pecoso veía toda esa sangre derramada en la mesa de disección con el deseo de comerla, estando a punto de acercar su mano.

- ¡Espera! ... no lo hagas ... te llevare a un sitio después .. - Shoto apretó con fuerza la muñeca del pecoso viéndolo serio a los ojos.

Izuku ya no era consciente de sus acciones y shoto lo sabia muy bien, tenia que ayudarlo, tenían que ayudarse.

°°°°°°°°°

A poco mas de media noche el frió congelaba el cuerpo del pecoso, se abrazaba a si mismo siguiendo la espalda del mayor delante de él, pues alumbraba el camino con la linterna de su teléfono celular.

- ¡¿Shoto que hacemos aquí?! Esta nevando mucho - el mayor lo ignoro y continuo su camino.

Lo tomo de la mano esta vez, guiándolo entre toda la nieve que estaba comenzando a formarse, el pecoso a este paso ya estaba temiendo lo peor , no había nadie alrededor solo un espeso bosque cubierto de nieve y a lo lejos una vieja cabaña.

- ¡Entra! - dijo shoto después de varios minutos de silencio.

-¿Shoto que estas? - el mayor tiro de la puerta y lo empujo.

El olor en ese lugar era simplemente desagradable, una mezcla entre químicos y el olor de que algo había muerto en ese lugar, shoto tomo de nuevo la muñeca del pecoso y lo guió entre la oscuridad.

- Quiero que sepas que esto lo hago por nosotros... ¡no podemos seguir así y tu lo sabes! - dijo shoto para encender el pequeño foco del techo.

Mostrando así en el centro una mesa con el cadáver abierto de una mujer, Izuku se horrorizo, grito por el miedo y el pánico, quiso retroceder, quiso huir pero shoto estaba detrás de el aprisionándolo en un fuerte abrazo.

- Come... - Izuku lo miro horrorizado - ¡dije que comas !

Agarro con fuerza la mandíbula del pecoso y arranco el corazón del cadáver acercándolo a la boca de Izuku, este pataleaba, se retocia con miedo, pero shoto era mas fuerte y metió el corazón en su boca obligandolo a morder.

Lo mastico con asco y ese asco se volvió un hambre incontrolable, sus ojos volvieron a brillar y como un perro hambriento se inclino al cuerpo abierto para devorar con desenfreno cada uno de esos órganos manchando su rostro y sus manos de sangre , arrancando cada parte con su boca enterrándose esa carne entre sus dientes.

Sabia dulce, le sabia a puerco crudo.

Shoto veía como su pequeño comía, como tronaba su boca al masticar, veía como jadeaba por el hambre y el como gruñía al no arrancar de un solo tajo esa piel, acaricio con la yema de sus dedos las pálidas y frías piernas de la difunta acercándose de golpe y atacando de una sola mordida esa piel arrancándola como un león hambriento.

Gruñidos, el sonido de hueso siendo destronados y arrancados de la piel, jadeos, jadeos de desesperación al estar meses sin comer.

Sin tener en sus bocas, el dulce sabor a muerte.

Delicious Gluttony [TodoDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora