único capitulo

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Noah, un chico de 14 años, pelirrojo con ojos azules como el cielo, parecía llevar una vida normal a simple vista. Alto, delgado, siempre con una sonrisa en su rostro, era el tipo de persona que podías pasar por alto fácilmente. Pero detrás de esa sonrisa se escondían secretos oscuros y luchas internas que pocos conocían.

Vivía solo con su madre soltera, quien apenas estaba en casa debido a su agotador trabajo. Su padre había estado ausente desde que tenía memoria, dejando a Noah sintiéndose abandonado y sin un modelo a seguir. Aunque parecía tener amigos en la escuela, la verdad era que ninguno de ellos lo conocía realmente. Para ellos, Noah era simplemente el chico que siempre comía solo en su casa y que sacaba buenas notas en la escuela.

Pero la realidad era mucho más complicada. Noah luchaba en secreto contra la anorexia, una batalla solitaria que lo consumía día tras día. Dejó de comer debido a los comentarios hirientes de su familia, y cuando lo hacía, era solo una fracción de lo que comería una persona normal. Su abrigo negro siempre cubría sus brazos, ocultando las cicatrices de sus autolesiones, un intento desesperado por aliviar su dolor interno.

La música se convirtió en su única forma de escape, sus letras resonaban con su corazón roto y sus emociones reprimidas. Pasaba noches enteras estudiando, no porque fuera especialmente inteligente, sino porque creía que sería su única oportunidad de escapar de su miserable vida. A pesar de sus luchas, siempre mantenía una sonrisa en su rostro, una máscara para ocultar su sufrimiento del mundo exterior.

Aunque sus amigos lo veían como el "psicólogo" del grupo, confiándole sus problemas y preocupaciones, en realidad lo dejaban de lado y lo menospreciaban. A menudo lo excluían de sus conversaciones y se burlaban de él a sus espaldas, sin darse cuenta del dolor que le estaban causando. A pesar de todo, Noah se aferraba a la esperanza de que algún día sería aceptado y amado por quienes lo rodeaban.

Un día, durante una discusión entre sus amigos, uno de ellos notó algo diferente en Noah. Se dio cuenta de que siempre parecía estar guardando algo, como si estuviera luchando contra sus propios demonios. Con valentía, Noah finalmente confesó sus verdaderos sentimientos, revelando el dolor y la soledad que lo consumían por dentro. Sin embargo, en lugar de comprenderlo o consolarlo, sus amigos lo menospreciaron y lo ridiculizaron, empeorando aún más su dolor.

Destrozado por la traición de aquellos en quienes confiaba, Noah regresó a casa con el corazón destrozado y la mente llena de pensamientos oscuros. Se encerró en el baño, dejando que las lágrimas brotaran libremente mientras se enfrentaba a sus demonios internos una vez más. Cuando ya no pudo soportar el dolor, buscó una salida final para su sufrimiento.

En el silencio de su habitación, encontró una soga en el ático y la ató al techo. Dejó una nota para su madre, una desgarradora despedida de aquellos a quienes dejaba atrás. Con el corazón lleno de tristeza y desesperación, subió a una silla y se entregó al vacío oscuro que lo esperaba.

Su madre llegó a casa demasiado tarde, solo para encontrar el cuerpo inerte de su hijo colgando de una cuerda. Con lágrimas en los ojos y el corazón destrozado, se aferró a él, lamentando la pérdida de su querido hijo. A medida que las sombras de la noche caían sobre la casa, su dolor se mezclaba con la oscuridad que lo había consumido, dejando atrás un vacío insondable en su corazón.

NoahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora