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—¿Me amas Jose?–le pregunte nerviosa.
—Con toda mi alma mi amor—me respondió.
—¿Seguro?—lo mire a los ojos.
—Mas que eso—me beso.
He estado enamorada de José desde que éramos unos niños y desde hace cuatro años tenemos una relación, pero no todo ha sido color de rosa.
Mi alarma sonó despertándome, 4:00 de la mañana y José no estaba en la cama.
Me levante y salí a la pequeña sala del departamento, pero no estaba ahí y no había rastro de que hubiera llegado.
Paso la noche sabrá dios donde, otra vez.
A esto me refiero con que algunas cosas no han ido bien, no se si algo hago mal pero siempre llegamos a esto.
Marque el numero de José, estaba a punto de cortar la llamada cuando contesto.
—¿De nuevo Castillo?—trate de no llorar.
—Princesa perdón por no llegar, estuve en...—no lo deje terminar.
—No, no quiero saber donde pasaste la noche—trate de sonar dura.
—Bebe dejame explicarte todo, estoy en casa en 30 minutos—se escucho como cerraba la puerta.
—No Jose, ya no puedo más, cuando llegues ya no estaré en casa— colgué y con lágrimas camine a la habitación para recoger mis cosas.
Siempre era lo mismo, decía que no me engañaba, pero luego volvía a faltar a dormir siempre con la excusa de que se quedaba con algún compañero del club.
Yo ya no podía seguir haciéndome como si nada pasara, no es bueno ni para mí salud mental ni la de él, así que tome una pequeña maleta y guarde lo indispensable para luego irme de lo que solia llamar hogar y que ahora solo parecía un lugar vacío así como se sentía mi corazón.
Al cerrar la puerta recuerdos de todo lo que viví ahí con el amor de mi vida llegaron a mi.
Flashback
Me desperté gracias al molesto sol que entraba por la ventana, volteo y veo a a mi niño dormido tan a gusto.
—Bebe,..amor deberías moverte o taparte para que no te moleste el sol—trate de moverlo pero no pude.
Así que me levante y cerré las persianas para que no entrara mas el sol y regrese a la cama.
—Gracias...te amo—me abrazo todo adormilado.
—Eres un flojo—me acomode en su espalda.
Un mes después.
Me desperté por que mi celular estaba sonando,mire la hora y eran las 3 de la mañana, ¿a quien se le ocurre llamar tan tarde?.
Mire el identificador y era José.
—¿Jose?–conteste adormilada.
—Disculpe señorita pero su novio esta muy tomado y ya vamos a cerrar—me dijo el desconocido.
—¿No hay nadie con él?—me levante de la cama.
—Habían dos jóvenes pero ya se han ido—me contesto el hombre.
—¿Me podría decir la dirección?, por favor—me puse mis tenis y tome las llaves de mi auto.
—Nos ubicamos por el centro, calle Kenedy, el lugar se llama Bar Cortés— sabía dónde quedaba.
—Gracias, por favor no deje que se vaya, ya voy para allá—baje corriendo las escaleras.
—No se preocupe—me contesto amable y colgó.
Llegue al bar y ahí estaba Jose dormido, con ayuda del mesero lo subí al auto y lo lleve a casa.
Al llegar al departamento que en algún momento compartimos, me di cuenta que Jose no tenía llaves para entrar y las mías se las habia dejado el día que me fui, así que no tenía manera de ingresar al lugar.
Jose empezó a gritar y tocar la puerta, trate de callarlo cuando está se abrió dejando ver a una chica.
Ella se acercó para ayudarlo a entrar.
—Gracias por traerlo...—me miro esperando saber mi nombre.
—No fue nada— respondí alejandome, era mejor que no supiera quién era yo.
De camino a casa mientras lágrimas rodaban por mi cara, recordé a José y a mi siendo aquellos adolescentes que se la pasaban cada noche de fiesta, libres, y que creían que siempre estarían juntos.
Ahora no seré yo quien este a su lado, el ya tenía a alguien más y yo solo esperaba poder superar esto pronto.
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Espero les guste, si quieren segunda parte solo pidanla en comentarios.
Si quieres alguno solo pídelo por comentarios o mensaje privado.
No te olvides de picarle a la estrellita es gratis.
